Felisa Becerra BenítezFelisa-Becerra-web

Analistas Económicos de Andalucía

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Las proyecciones macroeconómicas del Banco Central Europeo (BCE) señalan que el PIB mundial, excluida la Zona Euro, habría descendido un 3,0% en 2020, estimándose un crecimiento cercano al 6% para 2021. Aunque la economía mundial repuntó con fuerza en el tercer trimestre de 2020, continuando el crecimiento a comienzos del cuarto, la evolución más reciente ha ensombrecido las perspectivas económicas a corto plazo. En este sentido, el fuerte aumento de los contagios, especialmente en las economías avanzadas, ha provocado la reintroducción de medidas de contención, con el consiguiente impacto sobre la producción y el empleo.

En el caso de la Zona Euro, se espera que el aumento de los contagios y la intensificación de las medidas de contención desde mediados de octubre se traduzcan en un nuevo descenso de la actividad en el cuarto trimestre de 2020, aunque muy inferior al registrado en el segundo trimestre. Asimismo, la evolución de la actividad continúa siendo desigual por sectores, viéndose mucho más afectado el sector servicios por las nuevas restricciones a la actividad y a la movilidad. De este modo, el BCE estima un descenso del PIB en 2020 del 7,3%, en tanto que para 2021 se prevé un crecimiento cercano al 4%, si bien los riesgos continúan orientados a la baja. A este respecto, la incertidumbre en cuanto al tiempo necesario para inmunizar a la población sigue siendo muy elevada.

El impacto económico de la pandemia está siendo generalizado, pero también muy heterogéneo, encontrándose España entre las economías más afectadas, en gran medida como consecuencia de su estructura productiva, con un mayor peso de la industria turística. El endurecimiento de las medidas de contención de la pandemia habría afectado también negativamente a la actividad en el cuarto trimestre de 2020, estimando el Banco de España un descenso intertrimestral del Producto Interior Bruto del -0,8%, en su escenario central, aunque sometido a un alto grado de incertidumbre. Así, la economía española podría haber cerrado 2020 con el descenso más acusado del conjunto de la UE.

Los indicadores de actividad publicados más recientemente arrojan señales contradictorias. Las ventas de grandes empresas registraron en noviembre un descenso más moderado, el menor desde el comienzo de la pandemia (-3,5% en términos interanuales), con menores caídas tanto de las ventas interiores como de las exportaciones. Otro indicador cualitativo, como es el indicador compuesto adelantado de actividad de la OCDE, se mantuvo estable en España, después de cinco meses de caídas. Sin embargo, la producción industrial intensificó su descenso, hasta el -3,8%, aunque esto se ha debido, en gran medida, a la producción de energía y bienes de equipo.

Por otra parte, la deuda consolidada de las empresas y de los hogares e ISFLSH (Instituciones Sin Fines de Lucro al Servicio de los Hogares) alcanzó en el tercer trimestre de 2020 el 143,2% del PIB, lo que supone un aumento cercano a los 12 puntos porcentuales (p.p.) con relación al mismo periodo de 2019. Este incremento se ha debido tanto al aumento de la deuda como, en mayor medida, al descenso del PIB. En concreto, la deuda ha crecido un 1,3% en términos interanuales, hasta situarse en 1.643 miles de millones de euros, desacelerándose el crecimiento de la deuda de las empresas (3,1%) y manteniéndose el descenso en la deuda de los hogares (-1,1%). Así, la deuda consolidada de las sociedades no financieras ha alcanzado el 82,1% del PIB (104,8% si se incluyese la deuda interempresarial), en tanto que la de los hogares se sitúa en el 61,2% del PIB, con un mayor aumento en términos interanuales de la primera.

Sin duda, uno de los sectores más afectados por esta crisis está siendo el turismo, de forma que 2020 habría cerrado, según las estimaciones de Exceltur, con una caída de 106.000 millones de euros, lo que supone un descenso cercano al 70% con relación a 2019, situándose la actividad en niveles de hace 25 años. De este modo, el PIB turístico habría pasado de representar algo más del 12% del PIB en España en 2019 a menos del 5% en 2020. Para 2021 se espera una recuperación de la actividad, pero aun así los niveles podrían ser alrededor de un 38% inferior a los previos a la crisis. En el caso de Andalucía, la evolución de la actividad turística ha sido bastante similar, estimándose un descenso a lo largo de 2020 ligeramente inferior al promedio regional, debido al menor peso de la demanda extranjera en nuestra región.

Pese a la elevada incertidumbre, la confianza empresarial parece mostrar una ligera mejora de cara al primer trimestre de este año, creciendo el índice de confianza empresarial armonizado en Andalucía un 0,4% respecto al trimestre anterior (3,6% en España). Esta mejora obedece, sobre todo, al aumento de la confianza en los sectores de la construcción y la industria (3% y 2,4%, respectivamente), mientras que en el comercio, el transporte y hostelería el índice disminuye, especialmente en transportes y hostelería. Por provincias, en Almería y Cádiz disminuye la confianza empresarial, así como, en menor medida, en Málaga, mientras por el contrario destaca la mejora en Granada, Huelva y Córdoba.

 

Análisis incluido en la edición de febrero de Agenda de la Empresa