Mercedes Sampedro
Abogada y Asesora Fiscal
LinkedIn: Mercedessampedrocristobal
Hace unas semanas, la documentalista Vanessa Calvo recordaba el 40 aniversario del fallecimiento de María Moliner, autora de un diccionario que para muchos escritores es el más completo y útil de la lengua castellana.
Esto me ha hecho pensar en lo importante que es prestar atención a la redacción de los escritos. Me refiero a escritos de todo tipo… solicitudes, artículos, informes, e incluso cartas o correos electrónicos. Y más concretamente en mi ámbito de trabajo los escritos de demanda, contestación a la demanda, peticiones judiciales varias y sentencias.
Resulta curioso que en un ámbito tan académico y profesional como el jurídico leamos en un escrito la siguiente frase:
“Manifestaciones como las que civilinamente se deslizan en su contra”
¿Ha querido decir “sibilinamente”? O mejor, ¿de manera “sibilina”?
No cuesta tanto repasar un escrito o consultar una duda gramatical. Con ello conseguiremos un escrito de calidad y con buena expresión, que será reconocido por quien lo lea aunque no esté de acuerdo con el fondo de nuestro planteamiento.
También son importantes los signos de puntuación. El lugar en el que situemos una coma cambiará totalmente el sentido de nuestra frase. Está claro que las siguientes frases tienen un significado no solo distinto, sino incluso contrario:
“No me rindo”
“No, me rindo”
Pues bien, en el contexto de una partición judicial de una herencia de cuantía considerable, en el que estaban enfrentados varios hermanos, el juez indicó en la sentencia que correspondían a todos los herederos las rentas por alquileres percibidos por uno solo de ellos durante un periodo de tiempo determinado. La frase concreta que utilizó Su Señoría en la sentencia fue:
“Incluir en el activo del inventario las rentas por el alquiler de los locales, que han sido percibidas exclusivamente por el coheredero don…”
Lo que se alegó posteriormente por ese heredero concreto es que solo debía compartir las rentas realmente percibidas por él, y que no eran todas las generadas.
Es evidente que en un caso así esa pequeña coma, a la que muchas veces despreciamos en nuestros escritos, cobra todo su valor por el diferente significado que aporta al texto. Si en la expresión no hubiese coma, el resto de la frase determinaría la parte concreta de las rentas que se debe incluir en el activo. Pero esa coma concreta lo que hace es definir la situación, no limitarla, es decir, aclarar que esas rentas han sido percibidas exclusivamente por una persona. En este caso concreto, esta coma tenía un valor de 175.000 euros.
Debemos prestar atención a lo que decimos y a cómo lo decimos. Es importante el fondo, pero también las formas, y cuando escribimos esto incluye también los signos de puntuación.