Rafael Amor AcedoRafael Amor WEB opinion

Presidente ATA Andalucía

@rafaelamor_ata

 

En los últimos años, la necesidad de conciliar la vida personal y familiar con el trabajo ha ido en paralelo al proceso de cambio de la sociedad, en lo referente a ámbitos como nuevas tendencias demográficas, creciente participación de la mujer en el mercado de trabajo, nuevos conceptos de familia y cómo no, en el incremento del número de personas trabajadoras autónomas.

En este contexto, la cuestión de la conciliación de la vida familiar, personal y laboral se ha convertido en un asunto prioritario en las agendas políticas de los gobiernos y ha conllevado el avance de los derechos de conciliación de las personas trabajadoras autónomas, pero aún queda camino por recorrer, en la medida en que en esta materia no se puede hablar de equiparación entre trabajadores asalariados y trabajadores autónomos. Sin embargo, este camino por recorrer se ha encontrado un enorme obstáculo en los últimos tiempos, el COVID-19 y la conciliación de la vida personal, laboral y familiar en el trabajo autónomo se ha convertido en un nuevo desafío ante las nuevas condiciones de vida que ha impuesto la pandemia. En ellas, la mujer sigue llevándose la peor parte: asume principalmente las cargas familiares frente a los hombres, y los sectores con mayor presencia de mujeres trabajadoras autónomas son precisamente los que más se están viendo perjudicados por la crisis económica que ha causado el COVID-19.

El virus está golpeando especialmente a sectores como comercio, hostelería, alojamiento, actividades inmobiliarias y administrativas. Sectores, todos ellos, donde el trabajo autónomo femenino predomina, por lo que las mujeres se están viendo seriamente perjudicadas.

Igualmente, la mujer también afronta mayores dificultades en estos tiempos de pandemia para poner en marcha sus propios negocios. Solo hay que observar el importante crecimiento de la mujer autónoma en la última década (2009-2019), en la que las autónomas andaluzas crecieron un 22,5% y los autónomos un 9,4%, frente al leve crecimiento en el año 2020 de la mujer autónoma (1,5%) e inferior a la del varón (1,7%).

El pasado 19 de enero, el Consejo de Gobierno aprobó la formulación de la primera Estrategia de Conciliación en Andalucía (2021-2025) con la finalidad de “concebir la conciliación como un derecho de la ciudadanía y como una condición para garantizar la igualdad entre hombres y mujeres, ampliando los recursos para hacer compatible el cuidado familiar con la participación en el mercado de trabajo de hombres y mujeres”.

Desde ATA, consideramos que la elaboración de esta estrategia constituye un elemento muy importante, como punto de referencia de las directrices a seguir en materia de conciliación, ya que esta es un elemento esencial para garantizar la igualdad efectiva entre mujeres y hombres. Si así se hace, no solo se contribuirá a mejorar la conciliación de la vida personal, familiar y profesional de las personas trabajadoras autónomas de Andalucía, sino también a la promoción y mantenimiento del empleo por cuenta propia.

Es muy importante que las administraciones públicas realicen un esfuerzo por impulsar las políticas y los recursos necesarios, que ayuden a conciliar vida personal, familiar y laboral del trabajo autónomo, porque sin duda, la conciliación va estrechamente ligada a la mejora de la inserción laboral y de la igualdad de oportunidades. Este reto por avanzar en la conciliación es, por tanto, una garantía de mejora en el bienestar de las personas, así como un avance en el desarrollo económico y social en Andalucía.

La estrategia puede ser un instrumento de gran utilidad para avanzar en materia de conciliación y los fondos europeos destinados a la recuperación económica una oportunidad única para compensar las desigualdades de género.

Las autónomas andaluzas han resistido e incluso crecido en circunstancias adversas, a costa de mucho trabajo y renuncias. Si no somos capaces ahora de evitar un desastre en nuestro tejido productivo, no solo lo padeceremos desde una perspectiva económica, sino sencillamente, constituirá un enorme fracaso como sociedad.

 

Artículo incluido en la edición de abril de Agenda de la Empresa