Ante las tasas de desempleo que estamos padeciendo en la actualidad, de "nuevo" se ha reanimado un viejo debate sobre el cambio de modelo productivo. La clave es la apuesta por sectores competitivos y sostenibles a medio y largo plazo, con una cierta intensidad en el factor trabajo y que además aporten valores añadidos tanto a la economía como a la sociedad. Uno de los sectores que cumplen todos esos requisitos y que desde luego debe de marcar el futuro de la socioeconomía andaluza es el sector medioambiental. Se hace necesaria una apuesta decidida tanto en los modelos de desarrollo como en las políticas activas de empleo para convertirlo en uno de sus pilares fundamentales, junto a los servicios relacionados con el bienestar, la investigación y desarrollo y las tecnologías de la información y comunicación. Además este sector destaca por su potencialidad para la creación de empleo. Muchas son las profesiones y los perfiles profesionales que deben de consolidarse tanto en la formación reglada como en la formación profesional por el empleo, entre ellos yo destacaría los siguientes:

-Los empleos relacionados con las energías renovables. Simplemente por motivos puramente económicos, la dependencia energética exterior española nos obliga a la consolidación de un modelo diversificado que apueste por energías que podamos producir dentro de nuestras fronteras y que alivie ese déficit estructural que tenemos en nuestra balanza de pagos derivado de la compra de productos energéticos, sobre todo de procedencia mineral. Y además, por responsabilidad con las futuras generaciones, esas fuentes deben de ser renovables y respetuosas con el medioambiente. Las potencialidades de Andalucía con respecto a la creación de energía eólica, solar y de origen vegetal garantiza la creación de empleos relacionados con este sector.

-El consumismo relacionado con el desarrollismo y la renovación tecnológica se ha convertido en un modelo insostenible donde no existen vertederos en los que acumular la ingente cantidad de residuos que los provoca. El reciclado tanto para la elaboración de nuevos productos, como para la producción de energía es una de las actividades que se va ha consolidar en los próximos años.

-Ante las últimas reformas de la PAC, así como los acuerdos de liberalización comercial con otros países por parte de la Unión, el futuro del sector primario europeo pasa por una producción competitiva. Hay que buscar esos valores añadidos donde Europa puede competir, destacando en ese sentido el valor de la agricultura, ganadería y pesca ecológica como una de esas apuestas necesarias, ante una ciudadanía que debe de demandar cada vez más la calidad de los productos que consume.

-En los últimos años, se ha ido consolidando una oferta turística diversificada en la que el turismo rural y las actividades de ocio vinculadas al medioambiente han supuesto un gran empuje para muchas zonas rurales. Este sector todavía tiene nuevas potencialidades ya no sólo en las zonas rurales, sino en las zonas urbanas que demandan actividades de ocio y de vida sostenibles. El urbanismo del que hemos abusado en la época dorada de la construcción, nos obliga a plantearnos planes de ciudades y pueblos donde la calidad y la forma de vida estén cada vez mas relacionadas con el respeto y el disfrute del medio donde vivimos.

-La responsabilidad social corporativa, entendida como un valor que deben de asumir las empresas y las Administraciones Públicas ante la sociedad en la que se encuentra inmersa, es la consolidación de una senda que comenzó con las certificaciones de calidad medioambiental y la Agenda 21. Para la adaptación de las organizaciones a esta forma de trabajar, cada vez más se demandaran profesionales de consultoría medioambiental.

-Otra de las actividades necesarias y básicas son las relacionadas con la educación ambiental. No sólo la especializada con las actividades vinculadas al sector, sino una educación trasversal que cada vez más irá apareciendo en todos los planes de estudio que se precien y que apuesten por el futuro.

Pero la clave de la consolidación de este sector radica en la concienciación de la sociedad del precio a pagar por el futuro. La persona consumidora debe de considerar que los productos además de su precio tienen un coste adicional sobre nuestro medioambiente que nos exige un consumo responsable. Y la Administración debe de cumplir uno de los deberes que justifica su existencia, que no es otro que el de velar por el bien común y eso implica en ocasiones enfrentarse a los intereses particulares.