En los últimos meses y gracias tanto a factores internacionales, como al agotamiento de un modelo de crecimiento basado mayormente en el empuje del consumo interno y de la construcción, la economía española y andaluza esta padeciendo una recesión con una consecuente pérdida de empleos principalmente en la construcción y actividades anexas. Por todo ello, y aprovechando las nuevas legislaturas que comienzan, se hace necesaria una política de desarrollo que pivote sobre el fomento del empleo y la promoción económica que potencie una diversificación productiva y una economía mas equilibrada, integrada y menos dependiente de un sector concreto. Entre estas actividades de presente y futuro yo destacaría:

l           Las industrias con alto valor añadido. La aeronáutica, la agroalimentaria, mobiliario, farmacéutica, etc.

l           Las actividades enmarcadas en una estrategia de  I+D+I y a de competitividad.

l           Las tecnologías de la información y comunicación fruto del desarrollo de la sociedad de la información.

l           El medio ambiente correlacionado con una creciente conciencia sobre el cambio climático.

l           El sector de transporte relacionado con la movilidad sostenible de pasajeros y mercancías de medio-bajo volumen.

l           Actividades artesanales vinculadas tanto a la tradición artística andaluza y a las nuevas oportunidades que permite una sociedad cada vez mas multicultural.

l           El comercio de proximidad, especializado y el encuadrado en centros comerciales abiertos.

l           Una oferta turística complementaria y de calidad especializada en el turismo cultural, de congresos, deportivo, etc.

Y finalmente, como no podía ser menos en una economía tercializada como la andaluza, el sector de los servicios de atención a personas dependientes y colectivos de exclusión social, pues el mismo, sobrepasa el concepto de sectores emergentes, cumpliendo una labor social más amplia, y satisface también necesidades sociales de la población, son intensivas en factor trabajo y en mano de obra femenina, ya que las mismas están relacionadas con las tareas reproductivas que son inherentes a la condición femenina hasta que no se produzca un reparto real entre ambos géneros. De esta manera, éste sector se convierte una verdadera oportunidad para la socioeconomía andaluza debido a varios factores entre los que destacaría:

l           El incremento de la demanda de éstos servicios debido a la expansión de elementos como el envejecimiento de la población, la urbanización, el cambio en las estructuras familiares y la incorporación de la mujer al mercado de trabajo.

l           La insatisfactoria cobertura de estas necesidades por parte de una oferta que aunque evoluciona muy positivamente, no cubre suficientemente el incremento de la demanda.

l El decremento paulatino de la oferta de servicios informales que actualmente cubre estas necesidades como son las redes familiares y la economía sumergida.

l El reconocimiento institucional del derecho a la prestación de estos servicios a partir de la implantación de la Ley de Autonomía Personal y Atención a la Dependencia.

l La creación de empleo que se deriva de la explotación del yacimiento se va a caracterizar por la exigencia de niveles medio-altos de cualificación profesional. A día de hoy se puede constatar una clara escasez de profesionales con el perfil adecuado para ocupar estos puestos de trabajo.

l La incidencia de estas actividades en el empleo femenino.

En definitiva, la socioeconomía andaluza tiene capacidad para volver a remontar el vuelo. Sólo hace falta una apuesta institucional, de los agentes económicos y sociales y de toda la ciudadanía andaluza por las oportunidades y las potencialidades de nuestra tierra. Ahora eso sí, esa apuesta debe ser a largo plazo, y dentro de una planificación estratégica integral, y participativa que cree un verdadero modelo de desarrollo con bases sólidas en el tiempo, no vale mediadas sobre la marcha, esporádicas y desintegradas.

            mariofuentesr@wanadoo.es