Actualmente, el concepto del desarrollo engloba una serie de descriptores que enriquecen a la tradicional concepción economicísta que lo limita sólo al crecimiento económico. Entre éstos destacan el medio ambiente, la cultura, la democracia, la sanidad y el bienestar social en general. Pero la tecnología se convierte en el verdadero motor y la gasolina que permite alcanzar mayores cuotas de desarrollo, haciendo que este sea sostenido en el tiempo.

A lo largo del discurrir histórico, los avances tecnológicos han condicionado y determinado a los avances en el desarrollo. Pero hoy en día, por primera vez en la historia, la tecnología no es un freno al desarrollo. Ya que existen más avances tecnológicos que los procesos productivos en particular y la sociedad en general pueden absorber. Por ejemplo, se da la paradoja que Europa es el continente donde más productos alimenticios se producen, y donde menos superficie cultivable existe, siendo además donde hay más excedentes alimenticios, gracias a la agricultura intensiva.

Por otra parte, los medios de trasmisión tecnológica son cada vez más baratos. Ya que Internet y las redes telemáticas facilitan y abaratan la trasmisión de la información y por ende de la tecnología.

Teniendo en cuenta estos factores, podemos afirmar que en ningún momento como en el que vivimos se han dado mejores condiciones para el desarrollo tecnológico y su distribución por todo el planeta.

Pero sin embargo, ésta no es la realidad, ya que las diferencias entre los territorios mas y menos desarrollados tecnológicamente ha aumentado en los últimos años, debido a las barreras que ponen los más ricos para la distribución de la tecnología, entre las que destaco:

A)Los territorios y las empresas más poderosas son las dueñas de las patentes y de la investigación, distribuyendo éstas según sus propios intereses, que por supuesto son económicos.

B)Las transferencias de capital tecnológico se realizan a través de fórmulas de ayuda al desarrollo como los créditos FAD, financiados supuestamente bajo la hipocresía del 0,7, y que más que ayudar a los territorios menos desarrollados, lo que favorecen es la dependencia tanto tecnológica, como financiera de los más desfavorecidos con respecto a los más ricos.

C)La imposibilidad del acceso a las nuevas tecnologías de los menos desarrollados, aún siendo las mismas relativamente baratas en relación a su efecto multiplicador.

D)Y sobre todo, la escasa capatización de los recursos humanos. La población más desfavorecida no tiene aptitudes, ni actitudes, ni para acceder a los medios de distribución, ni para absorber los avances tecnológicos, provocándose una verdadera brecha tecnológica.

Es por este tipo de barreras principalmente por lo que los más desfavorecidos no pueden acceder a la tecnología, tan necesaria para el desarrollo. Pero desde el punto de vista de la economía solidaria, alejada del neoliberalismo y del mercado salvaje que favorece el darwinismo económico y social y la supremacía del más fuerte; ¿Cómo se podría solucionar esta injusticia?. Desde mi humilde opinión creo que desde luego con una planificación de los programas de desarrollo basados además de en la transferencia coyuntural de recursos económicos para solucionar problemas puntuales; En una planificación a medio y largo plazo que permita a los más desfavorecidos desarrollarse en igualdad de oportunidades, a través de la transferencia tecnológica. Pero para que esta circunstancia se produzca es necesario eliminar las barreras de trasmisión de la tecnología a través de la capacitación de los recursos humanos, las inversiones en redes telemáticas y el fomento de la investigación y desarrollo de los recursos endógenos de los territorios que se pretenden desarrollar; convirtiendo esa tecnología en autóctona y eliminando por ende su dependencia tecnológica.