Por L. Olivier Scalvinoni, Director de Producción en IOMarketing

Está claro que las Administraciones Públicas y las ONG son necesarias en el desarrollo de una sociedad equilibrada y próspera, sin embargo sus labores no son suficientes.

Somos todos actores de esta sociedad en la que vivimos y a pesar de que, lo que llamamos “los mercados”, parecen acaparar todo el protagonismo, las pequeñas y medianas empresas, podrían convertirse en una de las herramientas más potentes para mejorar o incluso cambiar las cosas.

 Las B Corporations y las Certified B Corp

En Estados Unidos, se habla cada vez más de B Corporations. Se trata de negocios aparentemente ideales, en los que “se gana dinero realizando buenas acciones al mismo tiempo”. En el país del Tío Sam, se creó B Lab, una empresa que otorga certificaciones a estos negocios brindándoles el valor añadido de la confianza y la diferenciación de cara a los consumidores y a los otros actores sociales. Sin embargo nos podemos preguntar ¿cuáles son sus exigencias? Y si este reconocimiento ¿aporta realmente valor al negocio en cuestión y al consumidor, o sólo es otra forma de embaucarnos?

Las primeras cosas que matiza y enfatiza B Lab, son las diferencias que existen entre una Certified B Corp y una Benefit Corporations, aunque a menudo se les llama a ambas B Corps. En Estados Unidos, una Benefit Corporation tiene un estatuto legal, concedido por el Estado. En cambio, el sello de Certified B Corp lo otorga B Lab. Para disfrutar de sus servicios y apoyo, la compañía sin ánimo de lucro, exige altos estándares de comportamientos globales. Resumiendo, las empresas certificadas deben cumplir con exhaustivos y transparentes requisitos de comportamientos sociales y medioambientales, así como con responsabilidades legales y constituir un negocio sostenible.

Aspirar a un cambio profundo:

El objetivo de B Lab es fomentar la formación de un nuevo sector ayudando a los emprendedores e inversores a convertirse en B Corporations. Para eso es importante plantearse un cambio de paradigma, redefiniendo lo que se entiende como “éxito en los negocios” y usar el poder de su negocio para resolver problemas sociales y medioambientales.

Para empezar el proceso, la compañía sin ánimo de lucro piensa que las empresas aspirantes a convertirse en una B Corporations tienen que asumir cuatro verdades fundamentales:

1.       Deben creer, simbolizar en su funcionamiento,  el cambio que buscamos en el mundo.

2.       Los negocios deben llevarse a cabo teniendo en cuenta a la gente que se relaciona con ellos y aquello que les rodea.

3.       A través de sus productos, prácticas y beneficios, las empresas deben tender a eliminar su huella ecológica, minimizando  el daño sobre lo que le rodea e incrementar los beneficios de todos.

Para lograr un cambio real es necesario asumir que cada uno depende de otros y actuar en consecuencia, asumiendo nuestras responsabilidades, la de los demás y también las de las generaciones futuras.

No entraré en las iniciativas legales que se están llevando a cabo en EEUU respecto a este movimiento empresarial, sin embargo es interesante subrayar que esta comunidad de Certified B Corporations se está convirtiendo en un poderoso actor para un cambio social y económico. Es importante entender que no se trata de activismo que se levanta contra el orden establecido, sino que rompe con una visión egoísta y avariciosa de hacer negocio, para potenciar a emprendedores inspirados y visionarios brindándoles una oportunidad de montar algo positivo y crear valor para todos.

 Yo me beneficio, tú te beneficias, él/ella se beneficia, ellos/ellas se benefician…

Una B Corporation, se diferencia de la demás esencialmente por tres aspectos, que logran cambiar el enfoque y las reglas del juego:

1.       Un propósito: crear un impacto concreto y positivo en la sociedad y en el medio ambiente.

2.       Una responsabilidad: buscar ampliar los máximos estándares para que se tengan en cuenta los intereses de los trabajadores, la comunidad y el medio ambiente.

3.       Transparencia: publicar un informe público anual sobre el conjunto del impacto social y ambiental, exhaustivo y transparente,  certificado por un organismo externo e independiente.

La Responsabilidad Social de las Empresas (RSE) en el punto de mira:

Al fin y al cabo, estas empresas abordan cuestiones propias de Responsabilidad Social. B Lab fomenta y respalda la toma de decisiones buenas para la comunidad (stakeholders), y no sólo para los accionistas (shareholders). Con esta labor, informa a los consumidores de estas compañías certificadas, que se alinean con sus valores y así les otorga el poder de invertir e impulsar un capital realmente sostenible.

En la red, podemos encontrar testimonios de empresarios que han pasado por el proceso de certificación de B Lab, y nos pueden informar sobre cómo este cambio afecta concretamente a sus negocios. Algunos hacen hincapié en la comunicación que en cualquier empresa tiene que ser intrínseca a su desarrollo de negocio y a sus relaciones comerciales.

En España, a pesar de todos los esfuerzos que se están haciendo en materia de RSE, encontramos todavía pocos cambios profundos de enfoque. Es verdad, que las compañías se suben al caro de la Responsabilidad Social, sin embargo, les cuesta todavía integrar este punto de vista más amplio y encontrar un verdadero equilibrio entre el aspecto económico, social y medioambiental. Parece que siempre priorizan el primero en detrimento de los otros.

Las PYME en este país, podrían utilizar su poder para cambiar las cosas, porque a pesar del pesimismo reinante, es importante no tirar la toalla, intentar cambiar las cosas juntos, aprendiendo del pasado y abriendo nuevos horizontes. Una sociedad que no hace caso a todas las comunidades que la componen es una sociedad condenada al fracaso. Eso se puede aplicar también a micro-sociedades como empresas, administraciones públicas, ONG y otras entidades.