Los presupuestos para la comunidad autónoma andaluza en el 2007 ascienden a una dotación global de 39.187,7 millones de euros, lo que supone 1809,3 millones de euros más que en el ejercicio de 2006, o lo que es lo mismo un incremento del 6,6%, representando el 20% del PIB andaluz. Dato positivo, en un principio, pues hay que tener en cuenta que se cumple con el mandato del Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF), reduciendo tanto el nivel de endeudamiento como la presión fiscal.

Pero realmente, estos presupuestos responden a los grandes retos planteados por la economía andaluza, relacionados con su modernización, su mejora de competitividad y el mantenimiento y profundización de la igualdad de oportunidades y el bienestar social. En parte sí, pues plantea un escenario macroeconómico con un crecimiento alrededor del 3,3%, que puede ser realista si atendemos a la última senda de crecimiento ininterrumpida de los últimos 14 trimestres. Pero hay que tener en cuenta que estas previsiones son escasas si queremos reducir el diferencial con el resto del Estado Español, pues sólo se sitúa una décima por encima del crecimiento español. Es decir, crecemos a un ritmo sostenido pero no suficiente para reducir los desequilibrios regionales con otras regiones de nuestro entorno.

A continuación me detendré en los dos aspectos más positivos que tienen a mí entender estos presupuestos.

1. Los gastos en inversión. La inversión es la clave de la competitividad andaluza. Pues por una parte, influye directamente en el modelo de crecimiento andaluz, donde el sector tecnológico e industrial sigue siendo poco importante; y por otra en los desequilibrios estructurales, ya que cohesionan el territorio internamente y con el exterior. En concreto, los gastos de inversión ascienden a 6.574,8 millones de euros, representando el 23,8% del total de las partidas. Esta cifra supone un incremento del 7% con respecto al ejercicio anterior, y representa el 4,5% del PIB regional.

Además, aunque Andalucía y sobre todo después de las últimas incorporaciones, se encuentra por encima del 75% de la renta comunitaria, nivel máximo para ser objetivo número 1 de la política estructural europea, se estima que mantendrá en el próximo sextenio el mismo nivel de fondos provenientes de la Unión. No se puede asegurar lo mismo de los fondos provenientes de la solidaridad estatal, ya que aunque ha existido un leve incremento, este no corresponde con la verdadera necesidad que tiene Andalucía para eliminar sus desequilibrios regionales con respecto a otras regiones españolas y la descentralización administrativa, así como fiscal sin mecanismos de compensación solidarios fruto del nuevo marco autonómico puede perjudicar el futuro de la financiación para el desarrollo andaluz vía inversiones. Aún así, el Estado gastará en este capítulo 3.588 millones de euros, que unidos a los de la Comunidad Autónoma, hacen un total de 10.163, representando el 7% del PIB regional.

2. Los Gastos Sociales. Un importante esfuerzo que hay que reconocer de este presupuesto es sus gastos en servicios y prestaciones sociales que se incrementan un 15,5%, aunque estas prestaciones están muy por debajo de las negociadas en el Nuevo Estatuto. A pesar de ello se aseguran los complementos autonómicos de las pensiones no contributivas, asistenciales y mínimas de viudedad, pese al incremento establecido por el gobierno central. Pero sobre todo, se potencia las políticas de igualdad de oportunidades y el apoyo a la dependencia, que está también condicionado a las transferencias estatales fruto de la aprobación de la nueva Ley.

Finalmente en este capítulo destacar también que en la Ley sobre Fiscalidad Complementaria del Presupuesto se recoge bonificaciones fiscales para jóvenes, familias monoparentales, personas con discapacidad y para facilitar el acceso a la vivienda protegida de las que se podrán beneficiar 1,5 millones de andaluces.

En definitiva, pienso que Andalucía para el 2007 tendrá unos buenos presupuestos. Aún así, éste no llega a responder totalmente al reto del desarrollo socioeconómico, y aprovechar la bonanza económica. Puesto que son poco reivindicativos con respecto a las trasferencias estatales, sobre todo vía inversiones y por otra, aunque hay un aumento en lo referente a los gastos sociales, no existe generosidad con las transferencias que la Comunidad Autónoma debe de realizar a las Administraciones que se encargan de muchas de estas políticas, que no son otras que las locales.

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