El PE ha adoptado hoy un nuevo reglamento que restringe el acceso a los productos químicos utilizados para fabricar explosivos. Según las nuevas normas, acordadas con el Consejo, los consumidores necesitarán una licencia para adquirir estas sustancias a partir de determinadas cantidades. Con esta legislación, se busca evitar que los terroristas puedan acceder a los componentes químicos necesarios para fabricar bombas.

 Muchos de los atentados de los últimos años en la UE se han perpetrado con explosivos caseros fabricados a partir de sustancias químicas de uso común, como fertilizantes o productos de limpieza. Hasta ahora no existía una legislación común sobre el control de las ventas de estos productos, de modo que hay sustancias prohibidas en unos países que, sin embargo, sí se pueden comercializar en otros.

Los eurodiputados y el Consejo han acordado una nueva directiva, aprobada por 595 votos a favor, 12 en contra y 14 abstenciones, que introducirá en los países de la UE un sistema único de licencias. Como norma general, las personas que deseen adquirir una cantidad mínima de las sustancias incluidas en la legislación (anexo I) tendrán que obtener una licencia que acredite el uso legal del producto. La gran mayoría de los consumidores, que en realidad necesitan pequeñas cantidades de estos químicos, podrán seguir comprando productos que contienen sustancias alternativas ya presentes en el mercado.

Excepciones

Los consumidores no tendrán que presentar una licencia para adquirir tres sustancias muy implantadas en el mercado por su uso en fertilizantes y pastillas de limpieza para piscinas: peróxido de hidrógeno, ácido nítrico y nitrometano. No obstante, los comerciantes deberán registrar las ventas de los productos que contengan estos químicos.

Países como Alemania, donde ya existe un sistema de registro de ventas sin requisito de licencia obligatoria, podrán mantener sus propios procedimientos. La Comisión Europea evaluará en el futuro si es necesario avanzar en la armonización de las normas.

Transacciones “sospechosas”

Por otra parte, hay químicos para los que es imposible fijar una cantidad mínima a partir de la cual su uso pueda resultar peligroso (incluidos en el anexo II del reglamento). Los comerciantes podrán seguir vendiendo estas sustancias sin ningún tipo de restricciones, aunque tendrán que informar de cualquier transacción “sospechosa”. Las transacciones sospechosas son aquellas en las que el comprador no indica claramente el uso del producto, pretende comprar cantidades muy elevadas, es reacio a aportar pruebas de su identidad o insiste en emplear métodos de pago inusuales, como importes elevados en efectivo.

Próximos pasos

Los Estados miembros deberán ahora dar el visto bueno formal a la legislación. Una vez concluido el proceso de adopción, los países de la UE tendrán un año y medio para transponer las nuevas normas, aunque las restricciones a las sustancias incluidas en el anexo I serán de obligado cumplimiento en un plazo de tres años.