El estado conocido actualmente como Alemania se constituyó el 18 de enero de 1871, cuando se proclamó el Imperio Alemán (segundo Reich) bajo la hegemonía de Prusia. Así Prusia se convierte en Alemania bajo el liderazgo del canciller Otto Von Bismaerck, quien será el verdadero artífice de la unificación. Con anterioridad lo que conocemos como Alemania fue una agrupación de estados en el marco del Sacro Imperio Romano Germánico, formado a partir de la división en 843 del Imperio Carolingio. Este Imperio se desmorona como consecuencia de las guerras Napoleónica y se instaura bajo la órbita francesa, la Confederación del Rin en 1806. La derrota de Napoleón y el Congreso de Viena disuelve la Confederación y se crea la Confederación Germánica, la cual pone en marcha medidas económicas (Zollverein-Unión Aduanera) para crear una conciencia nacional.

En 1914 estalla la I Guerra Mundial, en la cual Alemania fue protagonista, saliendo derrotada en 1918 y se pone fin a la dinastía Hohenzollern (Emperador Guillermo II). Al Imperio le sucedió la República de Weimar. Ésta se caracterizó por su inestabilidad debido a la fragmentación parlamentaria en partidos minoritarios y al rechazo de los militares a aceptar la derrota y los acuerdos impuestos por los vencedores. La crisis de 1929 y la imposición del Tratado de Versalles (reparaciones de guerra) conlleva la ruina para una gran parte de la clase media. Esta circunstancia es el caldo de cultivo para el triunfo del Partido Nacional Socialista Alemán de los Trabajadores y su lider Adolf Hitler, que de forma democrática crea el Tercer Reich en 1933.

La política anexionista de tierras vecinas llevó al estallido de la II Guerra Mundial en 1939. La derrota en la guerra conlleva la pérdida de una considerable parte del territorio alemán, además de ser ocupado por los aliados durante más de 45 anos. Durante más de cuadro décadas, el país estuvo dividido entre la República Federal Alemana (tutelados por EE.UU., Francia y Reino Unido) y la República Democrática Alemana (tutelado por la URSS). Alemania encarnaba la situación que se vivía a nivel mundial en el marco de la Guerra Fría. Berlín, la antigua capital imperial, fue dividida en dos zonas. La parte oriental de la ciudad bajo el control comunista y la occidental bajo la influencia de las potencias capitalistas.

Tras una larga historia de incidentes y desencuentros entre los dos estados alemanes, la caída del Muro de Berlín se produce el 9 de noviembre de 1989. Esta caída provoca la unificación de Alemania el 3 de octubre de 1990, desapareciendo la República Democrática de Alemania de influencia comunista.

En su calidad de estado fundador, Alemania desempeña un papel central en la construcción de la Unión Europea (UE). Fue justamente el ministro francés de origen alemán Robert Schuman quien en 1950 pronunció el discurso que sentó las bases de la UE. Durante cinco décadas diferentes mandatarios, desde Honrad Adenauer, Billy Brand, Hélmut Schmidt, Hélmut Kohl hasta Angela Merkel han participado de manera decidida a la consolidación de la UE, convirtiendo a Alemania en el principal promotor de la Unión.

En la actualidad Alemania y su canciller Angela Merkel ocupan un lugar transcendental en la reforma de la gobernanza económica de la zona euro. Las autoridades alemanas fueron en su momento (creación del euro) impulsoras de ese marco y actualmente llevan la iniciativa en proponer nuevos pactos internos que aseguren definitivamente la solidez financiera de la eurozona: creación del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera o fondo de rescate, conocido como FEEF, con un importe de 440.000 millones de euros y la creación del mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) que entrará en vigor en junio de 2013. Por tanto, Alemania ha sido y es el corazón de la UE, sin la cual, difícilmente el proyecto de una Europa unida se podrá llevar a cabo.