Llegamos al cierre de un año 2012 en el que a pesar de las dificultades, de los vaivenes de la economía nacional e internacional, del recorte del gasto por parte de las administraciones y también del consumo de los propios ciudadanos, el turismo se ha mantenido como un sólido motor de la economía andaluza. Es, quizás, el sector que mejor ha soportado y está soportando esa situación de crisis.

Rafael Rodríguez Bermúdez
Rafael Rodríguez Bermúdez

Si realizamos un somero repaso por las principales cifras macroeconómicas podremos hacernos una idea de la pujanza y del potencial de una actividad, el turismo, que genera el 12% del PIB regional, emplea a 320.000 trabajadores y alcanza unos ingresos de más de 15.000 millones de euros anuales. Todo ello sin tener en cuenta el ‘efecto arrastre’ que provoca en otros sectores como agroalimentación, construcción o agricultura, ya que estamos hablando de una actividad que se coloca como uno de los mayores diseñadores y consumidores de los avances tecnológicos. Por todo ello, el turismo es, hoy por hoy, uno de los pocos sectores que mantiene líneas de estabilidad en un entorno en el que la continua destrucción de puestos de trabajo es, desgraciadamente, la tónica generalizada. De hecho, la tendencia de estabilidad sostenida en los datos a lo largo de 2012 nos permite confiar en que mantendremos los números de 2011, considerado un buen año turístico, y que estarán, a falta del cierre del ejercicio, en una horquilla de crecimiento de entre el +2 y el -1%, confirmándose, una vez más, que este sector va a seguir contribuyendo de manera notable al mantenimiento de la economía regional.

Es ahora el momento de poner en marcha las estrategias que deberán acompañar a la futura acción política, y que tendrán como objetivo colocar a Andalucía como principal destino turístico del sur de Europa en un horizonte de diez años. En este empeño, debemos optar por una política basada en la coordinación y la cooperación entre todos, y una mayor implicación de los agentes del sector. Esta línea de trabajo se encuentra ya en marcha, y los instrumentos para desarrollarla están, igualmente, identificados. Renovación de la oferta, calidad del empleo, nuevas técnicas de marketing y la apuesta por la innovación y la excelencia son los objetivos. Para alcanzarlos, uno de los principales instrumentos será el nuevo Plan General de Turismo Sostenible 2012-2016, que recogerá las bases para adaptar al sector a este nuevo entorno y poder mantener un crecimiento equilibrado en el plano social, económico y medioambiental. También tendrá especial relevancia el Plan contra la Estacionalidad, con el que queremos poner en valor no solo aquellos segmentos que forman parte de nuestra rica oferta, sino también descubrir nuevos productos, aprovechando además las posibilidades que nos abren las nuevas tecnologías aplicadas al sector, para luchar en óptimas condiciones contra ese mal que afecta a tantos destinos, y también, claro está, al destino andaluz. En el ámbito de la promoción, y a través del Plan de Marketing 2012-2016, reforzaremos la presencia de la oferta de Andalucía en el mercado nacional, pero sobre todo vamos a continuar trabajando de manera muy intensa, tanto en los tradicionales países emisores de turistas hacia nuestro destino como en los emergentes, realizando además una política transversal que nos ayude a mejorar el nivel de calidad, excelencia y profesionalización.

Estos son algunos de los principales instrumentos con los que vamos a trabajar, porque contamos con un punto de partida, un destino turístico, Andalucía, fuerte y consolidado, que ha mantenido esa consideración aun a pesar de la crisis, pero que, no obstante, debemos renovar y reinventar de manera continua y sostenida si queremos ser competitivos. También es necesario optimizar los recursos, ahora mucho más escasos, y por ello esta optimización deberá llevarnos a intensificar la colaboración público-privada, lo cual permitirá al sector privado participar en la definición, ejecución y pago del presupuesto de las distintas acciones de promoción. Contamos con un gran destino, con magníficos profesionales, con una enorme diversidad de segmentos y productos complementarios. Ahora, debemos tener la suficiente inteligencia que nos permita amasar todo eso y que el resultado final sea un producto de primera calidad en el corto, medio y largo tiempo, lo cual exige apostar por la calidad, por las nuevas tecnologías y por el empleo estable. Tenemos futuro, mantengamos pues el optimismo y el empeño.

Rafael Rodríguez Bermúdez, consejero de Turismo y Comercio de la Junta de Andalucía