El presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, ha inaugurado el curso universitario en la Universidad de Málaga en un acto en el que ha resaltado el valor altísimo que la educación superior representa como fuente potencial de empleo y garantía “de una sociedad de progreso, más preparada, más responsable, más libre y más democrática”.

Es por ello que ha defendido que, “frente a quienes sacan la tijera en la Universidad pública, nosotros estamos convencidos del potencial de la educación superior como fuente de empleo y por ello queremos conservar su carácter público”.

Y ha apostillado: “La crisis no puede ser el pretexto para dar ni un paso atrás en la Universidad pública andaluza”. Una Universidad pública andaluza más pujante que nunca, como lo acreditan su aumento de estudiantes en un 7% hasta superar los 250.000, “el mayor incremento de los últimos 15 años”; y su oferta educativa, que permite que las diez universidades públicas de la comunidad puedan ofrecer este curso 404 títulos de Grado, 461 másteres y 240 programas de doctorado. De esta batería de opciones, nueve títulos se imparten por primera vez.

El presidente andaluz ha resaltado también otro dato relevante que acredita la buena salud de que gozan las universidades públicas andaluzas: “Nuestro potencial investigador se ha quintuplicado en una década. Hoy contamos con más de 2.000 grupos de investigación y cerca de 30.000 investigadores. Hemos avanzado mucho, pero falta un mayor empuje del sector privado”.

Y ha subrayado, en este repaso a la situación actual, el modelo de financiación universitario como un logro. “En diez años -ha explicado- hemos triplicado la financiación ordinaria de estos centros y hemos reducido en un 70% su nivel de endeudamiento”.

Griñán se ha referido también a los retos que tiene por delante la Universidad pública andaluza, entre los cuales cita la consolidación del Espacio Europeo de Educación Superior “como una oportunidad de ampliar el conocimiento y de abrir la formación de nuestras universidades a sectores estratégicos, como la biotecnología o la producción de energías renovables, sectores capaces de ser tractores de un desarrollo económico sostenible”.

Otros retos pasan por profundizar en la participación de Andalucía en los Campus de Excelencia Internacional, avanzar en la internacionalización de las universidades, incrementar su contribución a la recuperación económica mediante su vinculación con el tejido productivo y, en el plano económico, procurar la estabilidad presupuestaria del sistema.

“La Universidad pública andaluza -ha dicho Griñán- es la garantía de la igualdad de oportunidades, de que nuestros jóvenes desarrollen al máximo sus capacidades independientemente de sus recursos económicos”.

“Es cierto que hemos avanzado mucho en muy poco tiempo y que hemos aprovechado los años de crecimiento económico para conseguir una financiación más sólida para la Universidad. No tengo ninguna duda de que la educación es la Política con mayúsculas por excelencia”, ha razonado, para concluir afirmando que “son tiempos difíciles en los que todos (países, gobiernos, instituciones y ciudadanos) debemos esforzarnos por devolver el prestigio al futuro. Y nada mejor para creer en el futuro que creer en la educación”. “Hoy más que nunca necesitamos del liderazgo de una Universidad comprometida para la transformación y recuperación de nuestra economía y el progreso de Andalucía”.