Ésta ha sido la lección más repetida en la jornada “Gestión del riesgo” organizada por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD) con el patrocinio de CESCE y KPMG. Se abordaron temas como la gestión del fraude e irregularidades empresariales en el contexto actual y su relación con la responsabilidad penal de las personas jurídicas.
La jornada contó con la presencia de Eduardo Dávila, matador de toros, quien realizó su presentación equiparando el riesgo que se corre en una plaza con el riesgo que concurre en la vida empresarial.
Dávila, quien se retiró de los ruedos en el año 2006, apuntó que la preparación es esencial para enfrentarse al riesgo: “hay que gestionar el previo a la corrida minimizando todos los riesgos posibles antes de llegar a la plaza”. Para ello, destacó que es básico tener una buena preparación física, el descanso, y la alimentación. Así mismo, subrayó que el estado anímico es fundamental ya que “se transmite, al público, al toro, y sobre todo a ti mismo. Hay que concentrarse en el toro y estar convencido de que se va a triunfar. Para ello, hay que estar preparado y bien gestionado”. Comparó de igual modo el equipo que rodea al matador con el que hay que dentro de la empresa : “es fundamental tener confianza total en la cuadrilla, en tu equipo”. Para finalizar su presentación, recalcó la importancia de conocer la particularidad de cada ganadería al igual que hay que conocer bien a cada uno de los clientes de una empresa de cara a minimizar el riesgo.
A continuación Ramón Monedero, Director de KPMG auditores, numeró los elementos para un “sistema de control interno” eficiente. Contar con el respaldo del máximo órgano de gobierno de la sociedad, buscar un responsable interno o externo que lidere la puesta en marcha y la continuidad del sistema, y el uso de herramientas informáticas para ejecutar un control del proyecto, son algunos de los elementos más importantes a tener en cuenta según Ramón. Como medida primordial, el director de KPMG destacó que la gestión del riesgo del control interno “tiene que estar integrada en el día a día de la empresa así como en la cultura de la organización”. Por su parte Pablo Bernad, socio de KPMG responsable de Risk Consulting para Europa, Oriente Medio, África y Sudeste Asiático, explicó la gestión del fraude y las irregularidades empresariales que hay en el contexto actual y su relación con la responsabilidad penal de las personas jurídicas.
Bernad expuso las tipologías, las características del perfil del defraudador, y comentó que, aunque no existe un único método de gestión para las compañías, hay unos objetivos fundamentales a tener en cuenta para la gestión del fraude como son la prevención, la detección, y la respuesta. Como consejos para su prevención, insistió en la supervisión e implantación de los controles dirigidos a mitigar el riesgo del fraude.
La última intervención de la jornada corrió a cargo de Álvaro Portes, Director territorial sur de la aseguradora Cesce, quien lanzó a los asistentes un consejo final: “cuanta más y mejor información tengamos sobre la fuente del riesgo –clientes-, más acertaremos en la predicción y más minimizaremos el peligro”.