El gasto empresarial realizado por firmas andaluzas dedicadas al sector biotecnológico ascendió en 2011 a 52,2 millones de euros, un 24,4% más que el año anterior, manteniéndose la tendencia creciente observada desde 2008, según un informe elaborado por la Agencia Andaluza del Conocimiento, dependiente de la Consejería de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo, a partir de datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Según este informe, los últimos datos disponibles, correspondientes a 2011, señalan que el gasto global en actividades biotecnológicas de I+D en Andalucía superó los 157,4 millones de euros (sector privado y sector público), aumentando un 1,4% respecto a 2010. Esta cifra supone el 10,5% sobre el total nacional, siendo Andalucía la comunidad que más invierte tras Cataluña y Madrid.
El gasto en I+D biotecnológica representa cerca del 10% del gasto total realizado en actividades de innovación y desarrollo en la comunidad. Esto significa aproximadamente que uno de cada 10 euros invertidos en I+D en Andalucía se destina a actividades biotecnológicas.
En cuanto al personal empleado, éste ha aumentado un 5,5% en 2011 respecto al ejercicio anterior, lo que supone que 2.421 personas trabajan en actividades biotecnológicas en la comunidad. De ellas, aproximadamente un tercio tiene un perfil de técnico auxiliar y el resto un perfil investigador.
Por sectores de ejecución, el sector empresarial concentra a 761 personas dedicadas a actividades biotecnológicas de I+D, alcanzando un crecimiento interanual del 9,6%. El resto de sectores (administración pública, enseñanza superior e instituciones privadas sin fines de lucro) emplea a 1.661 personas, alcanzando un crecimiento interanual del 3,8%.
Dentro del personal dedicado a actividades biotecnológicas de I+D en Andalucía, destaca por número el perfil de investigador, que engloba en torno a 1.569 personas, frente a las 852 con perfil de técnico auxiliar.
Por último, en un análisis atendiendo al género, se observa que la proporción de mujeres dedicadas a esta actividad es mayor en el perfil de especialización más bajo (técnico auxiliar), representando un 54,6%, frente al 46,4% de presencia en el perfil investigador.