Aprovecho este mes para hablarles del ratio precio-beneficio, más conocido por las siglas PER (Price Earning Ratio), heredadas de la terminología anglosajona. Dicho  indicador, bastante recurrente en finanzas, no es más que un cociente entre el precio de un título en bolsa, generalmente de el de cierre, y el beneficio por acción (bpa), correspondiente a la compañía cotizada, esto es:

                                Cotización

PER=

                                bpa

Por ejemplo, si una acción cotiza a 12,02 € y el beneficio neto por acción es de 1,20 €, el PER de dicha empresa será de 10. Se trata pues, de un ratio bursátil que ofrece distintas lecturas:

l           Por un lado, nos indica el número de veces que el beneficio neto está contenido en el precio de la acción.

l           Por otro, nos informa sobre cuánto está pagando el mercado bursátil por un euro de beneficio de una determinada compañía.

l           Por último, muestra el tiempo que tardaríamos en recuperar, vía beneficio, nuestra inversión si compramos al precio cotizado. Siguiendo con el ejemplo, deberían transcurrir 10 años para recuperar dicho desembolso, bajo la hipótesis de que todo el beneficio se reparta y se mantenga constante en el nivel actual.

En principio, parece lógico pensar que una acción será más atractiva cuanto menor sea su PER. No obstante, debemos interpretar dicho ratio con cierta cautela, precisamente porque toda medida relativa no significa nada  a no ser que la comparemos contra alguna magnitud de referencia (benchmark); pensemos en el PER medio del sector o del propio mercado en el cual cotiza el valor en cuestión. Además,  cuando señalamos que una acción está cara o barata basándonos en su PER estamos obviando una información crucial cual es la perspectiva de crecimiento de los beneficios futuros. Para intentar solventar dicha deficiencia, con frecuencia se suele utilizar otro ratio, el PEG (Price Earning Growth) que relativiza el PER en función del crecimiento de los beneficios, dividiéndolo entre la tasa de crecimiento esperada para éstos.

En la última década, el PER medio de la bolsa española se ha situado en torno a 15 veces. Sin embargo, actualmente ronda las 13,5 veces, aunque algunos de los valores que cotizan en el mercado continuo español llegan a quintuplicar esta cifra, como es el caso de Sniace, Dinamia o Avánzit. La primera, dedicada a la  producción de celulosa, posee el PER más alto de todos los valores del IGBM y se sitúa en las 87 veces; la segunda, que invierte en sociedades no cotizadas en la bolsa española, arroja un PER superior a 76 veces. Al mismo tiempo, existen otros valores cuyos PER, cotizan  alrededor de 10, como Repsol, Mapfre, BBVA, SacyrVallehermoso, Cementos Portland, Adolfo Domínguez, Nicolás Correa, Reyal Urbis y Renta Corporación.

Una de las principales utilidades del PER es que sirve para valorar las acciones de  compañías no cotizadas a partir de los PER sectoriales; basta transcribir la expresión anterior como:

Precio estimado = PER sectorial . bpa

Para concluir, me gustaría hacer hincapié en que, si bien el ratio PER, es bastante útil para aproximar el precio de un título, la mejor idea sea probablemente utilizar el dato únicamente a efectos comparativos entre distintas acciones y tomar la decisión final en base a más criterios, ya sean técnicos o fundamentales.

jmferdom@upo.es