El pasado mes de julio, BBVA inauguraba un nuevo segmento de inversión en el mercado continuo español al registrar, ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el primer folleto de fondo cotizado en nuestro país. Este tipo de fondos, también conocidos por sus siglas EFT (Exchange Traded Funds), son instituciones de inversión colectiva cuya política de inversión consiste en replicar índices bursátiles o de renta fija, cotizando sus participaciones como si de una acción se tratase. Así pues, nos encontramos ante un producto financiero híbrido, es decir, funciona, en parte, como un fondo de inversión convencional y, en parte, como las acciones cotizadas; de ahí que presente las siguientes características:

l Liquidez: Es superior a la de cualquier fondo de inversión por cuanto el partícipe puede invertir y desinvertir el número de veces que quiera durante el horario de negociación bursátil, esto es, desde las 8.30 hasta las 17.35 horas.
l Comisiones: Se trata de un producto que carece de
comisiones de suscripción y reembolso. Además, las
comisiones de gestión y depósito, que se deducen
diariamente del valor liquidativo, son en general más
reducidas que las de los fondos tradicionales. Sin embargo, en lo que respecta a la operativa bursátil, existen
comisiones de intermediación, así como corretajes y
cánones de Bolsa que, en todo caso, debemos contemplar.
l Fiscalidad: Desde el punto de vista fiscal, en los EFT se mantiene el denominado peaje fiscal, es decir, cada vez que el inversor decida cambiar de un EFT a otro, o bien a un fondo tradicional, tendrá que tributar por la ganancia
patrimonial obtenida. Sin embargo, ésta no sufrirá la
retención del 15% que exige la legislación actual como sucede en el caso de los fondos convencionales, y se
integrará en la Base General del impuesto si se ha
generado con una antigüedad inferior al año o en la
Base Especial si supera dicho plazo.
l Rentabilidad por dividendos: Los partícipes de EFT
pueden obtener una rentabilidad indirecta en concepto
de dividendos, distribuidos por las sociedades que integran el índice de referencia. En particular, el fondo Acción IBEX 35 EFT, que comercializa BBVA, repartirá dividendos dos veces al año, concretamente en febrero y agosto de 2007.
l Diversificación: Los fondos cotizados ofrecen a los
inversores la posibilidad de diversificar nacional e
internacionalmente sus carteras.
l Accesibilidad: La inversión mínima inicial es el valor de una participación, cuyo importe suele ser reducido, lo cual favorece el acceso a pequeños inversores.
l Riesgo: El fondo tiene el mismo riesgo que el del índice al cual replica, es decir, en el caso de IBEX-35, este tipo de inversiones tendrán la misma volatilidad que la cartera de mercado, o que es lo mismo, el riesgo de invertir en renta variable española.

Actualmente, en el mercado español cotizan tres fondos EFT, todos ellos referenciados al IBEX y gestionados por BBVA, BSCH y Société Générale.

Aunque los inversores institucionales constituyen su más fiel clientela, en los próximos años las principales estrategias de marketing irán dirigidas a la captación del segmento de pequeños inversores con perfil arriesgado y largoplacista, pues se recomienda un plazo mínimo de mantenimiento de tres años.

Les anticipo que la revolución bursátil no ha hecho más que empezar. Atentos, pues, a los nuevos productos EFT que puedan surgir a lo largo de este ejercicio y que pudieran estar referenciados a otros índices bursátiles como el IBEX MediumCap y SmallCap, al Euro Stoxx 50, al Latibex, etc.; todo un despliegue de ingeniería financiera para 2007. Feliz año.

Prof. Dr. de Finanzas de la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla). mailto:jmferdom@upo.es >jmferdom@upo.es