Almería es una provincia en donde se conjugan de modo admirable las prioridades estratégicas como la innovación, la internacionalización y la sostenibilidad. Las principales empresas almerienses, centradas en los tres ejes económicos provinciales (agricultura, turismo y piedra natural) trabajan a diario para contribuir a la creación de riqueza y al dinamismo social mediante un esfuerzo de innovación y una especial dedicación a facilitar las transferencias del mundo de la investigación al de la realidad empresarial. La globalización económica que caracteriza el inicio del tercer milenio supone un nuevo reto para todas las empresas con vocación de futuro, que habrán de saber transformar sus conocimientos y experiencias para que este proceso beneficie a todos por igual, respete las normas básicas de un comportamiento ético que no excluya a nadie y sea, al fin y al cabo, un motor de progreso y bienestar.
Como alcalde de la capital, no puedo dejar de valorar el espíritu dinámico que siempre ha caracterizado a Almería, el dinamismo de sus hombres y mujeres en campos muy diversos y su capacidad para acometer empresas ambiciosas desde la imaginación y la versatilidad. Es cierto que atravesamos un período complejo marcado por una crisis generalizada que, lejos de suponer el derrumbe de los pilares de un sistema, creo que puede suponer un estímulo determinante a la hora de corregir y ajustar los métodos de producción y creación de riqueza y bienestar para todos. Por tanto, he de declararme optimista ante el futuro que espera a Almería como referencia de progreso y superación en el conjunto de Andalucía y el resto de España. Los logros que hemos consolidado apuntan, sin duda, a un porvenir innovador, en el que confluyen los sectores sociales más activos de la sociedad almeriense, venciendo rutinas y superando inconvenientes con tesón y optimismo, en busca de un mañana mejor.
Pero el optimismo no debe interpretarse como una postura cómoda destinada a evitar encontronazos con la, en ocasiones, incómoda realidad. He de manifestar públicamente mis dudas acerca de la validez y la utilidad de determinadas políticas que la Junta de Andalucía está implementando a raíz de su nueva configuración parlamentaria. Con independencia de las posturas e interpretaciones partidistas, lo cierto es que Andalucía tiene al 37% de su población activa sin poder encontrar un lugar de trabajo. Y eso no se arregla con declaraciones altisonantes u ocurrencias de corte populista.
Finalmente quisiera destacar que, en mi opinión, no habrá transformación, ni cambio, ni beneficio, ni progreso, si toda esta reorientación o ajuste de rumbo no se sustenta en el pilar más importante de cualquier sociedad: su capital social. Y esa es la principal garantía de éxito.
Luis Rogelio Rodríguez-Comendador, Alcalde de Almería
