San FerminesPamplona se prepara para los Sanfermines de 2013, una cita con la fiesta que este año llega con previsiones de buen tiempo y dos fines de semana en su calendario: el de los días 6 y 7 y el del 13 y 14 de julio, día del “Pobre de mí”. El “chupinazo” del 6 de julio a las 12:00 horas abrirá 204 horas de fiesta marcada por los encierros, las corridas de toros, las charangas, los gigantes y cabezudos, los conciertos y los fuegos artificiales que cada año llenan de colorido y alegría las calles de la capital navarra.

Las fiestas de San Fermín no son solo un referente internacional, son ya un mito universal gracias a Ernest Hemingway y a los millones de personas que se han embriagado con su alegría: cientos de actos salpicados de encierros, toros, música y muchas horas de alegría desbordada. Disfrutar de los Sanfermines son una ocasión única para conocer Navarra e ir “de la fiesta a la calma”, situar a la capital del viejo Reyno en su tierra de diversidad.

6 de julio, la fiesta estalla

El 6 de julio Pamplona se vestirá de rojo y blanco para vivir intensamente nueve días de fiesta.  Calles, bares, restaurantes, la plaza de toros, los locales de las peñas, las sociedades gastronómicas… todos son espacios ganados para disfrutar de la música, la hermandad y la tradición. El encierro, las salidas de la comparsa de gigantes, kilikis y cabezudos, los espectáculos taurinos, los conciertos, exhibiciones de deporte rural o danzas y los fuegos artificiales son parte singular de una fiesta que gira en torno al patrón de la ciudad, San Fermín.

Inmortalizados para siempre por Hemingway en su obra “Fiesta”, los Sanfermines constituyen la celebración más universal de Pamplona y de toda Navarra. Con el disparo del “chupinazo” del día 6 se disparan también el bullicio y la alegría que no se detendrán hasta el “pobre de mí” del día 14. El “chupinazo” es un acto que tiene lugar en  la plaza consistorial desde el año 1941: el cohete anunciador de las fiestas parte desde el balcón central del Ayuntamiento y, cuando estalla en el cielo pamplonés, la ciudad entera se transforma. Una explosión de vida funde a visitantes y pamploneses.

Encierros y toros

Cada mañana, los mozos que corren el encierro ponen a prueba sus nervios y su condición física perseguidos por las astas de una manada de seis toros bravos. Una tremenda descarga de adrenalina, una carrera vertiginosa de 846 metros que parte de la cuesta de Santo Domingo, cruza la plaza Consistorial, dobla en Mercaderes y enfila la calle Estafeta para morir en la Plaza de Toros. Son apenas unos minutos, tiempo suficiente para temblar de miedo en el recorrido o poner los pelos de punta al espectador que sigue en directo el encierro.

Por la tarde tienen lugar las corridas de toros, espectáculo en el que los toreros tendrá ocasión de lidiar esas reses ante un público bullicioso, “jaranero”. Mientras matadores, subalternos y picadores se enfrentan al toro en la arena, el tendido de sol se mueve al ritmo que marcan las bandas de música y las charangas de las peñas. Los miembros de esas mismas peñas llenarán de alegría y buen humor el casco antiguo en las últimas horas de la tarde y la noche pamplonesa.

Un acto íntimo, casi secreto, es el “encierrillo”, que tiene lugar todas las noches hacia las once, cuando se trasladan los toros a los corralillos de Santo Domingo. Los toros hacen el recorrido en silencio, acompañados solo por los pastores, desde los corrales del Gas en los que están todas las ganaderías de la Feria, hasta los corralillos en los que dormirán la última noche, antes de que se inicie el encierro que les llevará a la Plaza de Toros.

Actos durante todas las fiestas

Además de bullicio y diversión, la fiesta también ofrece tiempos para la emoción y el recogimiento. La procesión es un acto que tiene lugar el 7 de julio, festividad de San Fermín. La imagen del San Fermín, flanqueada por los mozos, recorre las calles de la parte vieja acompañada de la Corporación Municipal, autoridades religiosas, policía municipal, la banda de música “La Pamplonesa” y la comparsa de gigantes, kilikis y cabezudos.

Cada mañana se produce otro acto emocionante, sobre todo para los niños, con la salida de la Comparsa de Gigantes y Cabezudos. Cuatro parejas de reyes que representan a Europa, Asia, América y África danzan ligeros, pese a sus cuatro metros de altura y sus 60 kilos de peso, al son de gaitas, tambores, txistu y tamboril. Su singular corte la forman kilikis, zaldikos y cabezudos, figuras de cartón que son todo un símbolo de los Sanfermines.

Los visitantes de Pamplona pueden descubrir, durante los Sanfermines, lo mejor de la gastronomía navarra gracias a que los hosteleros de la ciudad multiplican sus esfuerzos para ofrecer los platos más sabrosos de la cocina local. El recorrido gastronómico puede empezar con el popular consomé denominado “caldico” o un chocolate con churros de la calle Mañueta para entonar el cuerpo antes del encierro; unas magras con tomate para almorzar; espárragos y pimientos del piquillo, menestras de verduras, estofado de toro y postres como la cuajada o el queso. Siempre todo regado con el mejor vino navarro.

Pamplona espera a sus visitantes con la seguridad de que este año el buen tiempo invitará a la fiesta desde el sábado 6 de julio hasta el domingo 14. Nueve días pensados para la alegría y la hospitalidad.

Fotografía cedida por el Archivo de Turismo ‘Reyno de Navarra’