Septiembre es mes para recomponer o preparar motores para una nueva temporada tras el ‘ejercicio’ vacacional, si bien conviene no olvidar que no todo el mundo hace su agosto para el descanso y aprovecha estos días para mayor tranquilidad, con los mismos servicios y ocios. Pero, de vuelta a los exámenes y al colegio conviene recordar algunos de los retos que nos esperan; prefiero dejar los del calendario político para los tertulianos radiofónicos y comentar uno en términos universitarios, la unificación de estudios y cambio operativo que supone la bautizada ‘Declaración de Bolonia’. Al margen de las declaraciones de las carreras técnicas, en especial las ingenierías industriales que han reclamado que Bolonia no les suponga la pérdida del prestigio profesional conseguido o de las Humanidades que han puesto el grito en el cielo al respecto de su papel histórico en la formación de generaciones, poco más sabemos. A la comunidad universitaria y sus responsables de llevar los grandes temas a la sociedad hay que pedirles un mayor esfuerzo comunicativo. Alumnos y profesores esperan el momento de la llegada sin estar implicados en el cambio y esto deberá tener una responsabilidad compartida, supongo. Desde el microesfuerzo del programa radiofónico ‘Aula Abierta’ que se dirige a la comunidad universitaria andaluza intentaré ejercer mi influencia para mejorar este déficit de información y debate. Para ejemplo de lo que digo un botón, la Hispalense clausuró en un recinto constreñido, su fachada, con fuegos de artificio, y multimedia escénico y circense el Quinto Aniversario; ¿ha servido el mismo, por ejemplo, para que la amplia comunidad universitaria y su fundamento esencial, sus jóvenes, y la sociedad en general, sepan hacia donde camina la Universidad?…

Pese a ello quiero continuar nuestro nuevo curso como publicación dándome un relax balompédico, ahora que acaba de comenzar la Liga de las Estrellas, cada vez con menos luz dado los cambios operativos en el mercado futbolístico, ‘inflancionado’ respecto a las demandas, como demostró la pasada y devaluada en términos económicos- televisivos Copa de S.M. el Rey. Y parece que el gobierno quiere poner su granito de arena con la obligación al ‘detentor’ de los derechos de retransmisión para facilitar partidos en abierto. Pero el espectáculo que me lleva a escribir de fútbol no es el propio del llamado Deporte Rey, sino ese otro espectáculo que dan al Deporte algunos dirigentes enfrascados en una pugna de eternos rivales, cada vez más caduca para la sociedad global actual. Se le suponía al Deporte una faceta educativa, que servía para la formación y relación entre las personas, menos para el ‘Sr. Del Nido’ y ‘D. Manué’.

Andalucía está representada en la División de Honor, en estos momentos, por cuatro ciudades: Málaga, Cádiz, Sevilla y Betis. Los dos últimos paseando el nombre de la ciudad por UEFA y Champions. Sí, el nombre de la ciudad, además del hazmerreir. Y aquí comienzan una de las perlas ‘verborreicas y fanáticas’. Del Nido dixit: “por más que se empeñen el Sevilla pasea por el mundo el nombre histórico de la ciudad”. Pues bien, se da la circunstancia, que la palabra Sevilla, deriva del nombre árabe, mientras que el río Betis era la denominación romana y por tanto anterior en los anales. Más perlas para la estulticia, “mira si el Sevilla es grande que tienen que acordarse de nosotros incluso el día de la celebración del triunfo de la Copa del Rey”. Por su parte Lopera no se queda a la zaga, y “le pasea la copa por las palabras de su homónimo en el Centenario del adversario e incluso el trapo – bandera pintado”. No hay nadie que les diga, aunque sea un Jefe de Comunicación o de Prensa del Club, en papel reciclado y por debajo de la mesa, que no se puede estar en permanente comunicación de crisis y que ambos equipos representan la imagen de una ciudad fuera de nuestro país con la importancia que ello tiene para Sevilla. Que el deporte debe servir para la formación de los jóvenes, y para “evitar la agresividad del hombre lobo para el hombre y las frustraciones cotidianas”, que diría Arnol J. Toynbee y no para inducir a la violencia y al enfrentamiento; que en una sociedad preocupada por el fenómeno de la botellona, las drogas en la juventud, la violencia de género y en las aulas, el ejemplo del Deporte tienen algo que decir… Sin embargo, se predica con paradigma contrario, un audiovisual para celebrar el Centenario, agresivo para el contrincante deportivo, intolerante y hasta diría de raigambres fascistas, aunque verbalmente se quiera vender lo contrario. Vale más en este caso una imagen. Ambos destacados dirigentes deben entender que un Centenario es del conjunto de la ciudad, puesto que el Sevilla también es parte de la historia del Betis y Viceversa. Una última perla, “claro que he felicitado al Betis, que se puede esperar de un universitario”, respuesta del no universitario. “Yo quería ser empresario desde los 12 años y mientras mis amigos se fueron a estudiar empresariales yo me dediqué a ganar dinero y montar empresas”. O sea que la Universidad no sirve ni para la mesura ni para ser empresario. ¡Pobres Quintos Centenarios! No me gustaría ser el Jefe de Comunicación de ninguno de ellos, creo que no duraría ni la primera rueda de prensa, les obligaría a lo imposible, a callar y a respetar, a celebrar una victoria con caballerosidad y deportividad. ¡Imagínense!

En el número anterior, pedía cordura respecto a los coches altisonantes, ya se preparan infracciones, pido ahora mayor cordura para el comienzo de la Liga, espero tener igualmente éxito. Y si no que el Senado tenga algo qué decir al respecto. Se escuchan estos días frases de personajes con ‘pedigrí’ democrático, que en el cumplimiento de las leyes y normativas hay que establecer ‘mano dura’. Me recuerda a célebres citas de tiempos pretéritos y “me jode tener que dar la razón”.