Tal y como adelantábamos en octubre (revista Agenda de la Empresa), las perspectivas para la economía andaluza presentan un cariz menos desalentador que el pasado año, esperándose que el PIB consiga una variación positiva en 2014 y que el empleo muestre signos de avance, aunque probablemente en el promedio del año no se consiga aumentar la población ocupada. Estas proyecciones se basan en la trayectoria de los indicadores de coyuntura en la segunda mitad de 2013, con una moderación en la contracción del gasto en consumo de los hogares y una mejor trayectoria en los índices de comercio minorista y matriculación de turismos, mientras se mantiene la positiva aportación de la demanda externa -gracias al dinamismo de las exportaciones-, frenándose el ritmo de destrucción de empleo.
Este escenario menos recesivo se ve apoyado por las proyecciones macroeconómicas para 2014 que sirven de base al proyecto de Ley de Presupuesto de Andalucía, donde se estima que la economía andaluza podría crecer un 0,3% en 2014, en línea con la previsión del FMI para la economía española (0,2%). Sin embargo, no puede descartarse que este avance pudiera resultar algo superior, al hilo de otras estimaciones publicadas recientemente. En concreto, la Comisión Europea y la OCDE señalan, en sus últimas previsiones, que la economía española avanzaría un 0,5% en 2014 (0,8% según el panel de consenso de FUNCAS), especificando en su informe que la incertidumbre y vulnerabilidad de la economía siguen siendo elevadas por los procesos de ajustes aún en marcha. Pero, sin descartar que la recuperación termine siendo algo más notable de lo esperado en 2014, como consecuencia de un mejor comportamiento, de lo previsto ahora, por parte de la demanda interna. En Andalucía, las estimaciones de diversos organismos (BBVA, Hispalink, Analistas Económicos de Andalucía) sitúan el crecimiento para 2014 entre el 0,6% y el 1%, coincidiendo en la preocupación sobre los indicadores laborales. Así, el modesto avance del PIB descansaría en el avance de todos los sectores productivos, con excepción de la construcción. Por el lado de la demanda, se anticipa una estabilización del consumo privado, aunque dependerá en gran medida de que se interrumpa definitivamente la sangría del empleo. Al mismo tiempo, cabe esperar que el dinamismo del sector exterior se prolongue. Pese a ello, la población ocupada descenderá ligeramente en el promedio del año (en torno a un -0,5%), y la tasa de paro se mantendrá prácticamente estable, en el entorno del 36% (unos diez puntos más que en el promedio de España). En este contexto económico de incipiente, aunque débil, recuperación, Andalucía continúa con el proceso de consolidación fiscal, que obliga a finalizar 2014 con un déficit del 1% del PIB, frente al 1,58% previsto para 2013, lo que va a suponer una pérdida de recursos o un ajuste en el gasto cercano a los 800 millones de euros. De este modo, entre 2011 y 2014 el déficit se habría reducido en Andalucía en 3.530 millones de euros, pudiendo situarse en 2014 en los 1.428 millones de euros. Más concretamente, el presupuesto de la Comunidad Autónoma andaluza para 2014 asciende a 29.619,6 millones de euros, un 3,5% menos que en el ejercicio 2013. Desde el punto de vista del gasto, las operaciones financieras se reducen un 11,6%, como consecuencia de la dinámica de las amortizaciones de la deuda. Por su parte, el gasto no financiero (27.323 millones de euros) disminuye un 2,8%. Desde el punto de vista funcional, Sanidad y Educación siguen acaparando la mayor parte del presupuesto (27,7% y 21,7%, respectivamente, del gasto total), con descensos en el volumen de recursos algo inferiores a la media del conjunto del presupuesto. Respecto al ejercicio 2013, sólo aumentará el gasto destinado a Promoción social (2,6%) -que incluye el gasto de los programas de empleo-, Vivienda y urbanismo (8,1%) y Comercio (11,5%). Por el contrario, el servicio de la deuda, que supone el 10,8% del gasto total, disminuye un 10,5%, en virtud del calendario previsto de amortizaciones.
Esperanza Nieto Lobo