El año que acabamos de estrenar no será un año más. Será el año en que nos prepararemos para salir de la crisis. Según nuestras estimaciones, la economía andaluza podría experimentar un crecimiento del PIB del 0,3%, en línea con la previsión del FMI para España. Y esperamos tasas positivas de crecimiento de empleo a lo largo del año. Estos pronósticos perfilan un panorama más alentador, pero hemos de ser prudentes porque aún queda mucho para que la recuperación sea percibida por los ciudadanos y porque, en estos seis años de crisis, ha sido muy profunda la brecha registrada en lo económico, lo político y lo social. Es nuestra responsabilidad gobernar para las personas, dar una respuesta a la crisis más humana. Andalucía lleva la iniciativa en defensa de los derechos y libertades con planes y medidas extraordinarios encaminados a la búsqueda de una salida de la crisis que no suponga pérdidas irrenunciables. Una de mis primeras reuniones como presidenta de la Junta de Andalucía fue con los representantes de las grandes empresas que operan en la región y la CEA para poder trabajar por un objetivo común: la reactivación económica y la generación de empleo.

Susana Díaz, presidenta de la Junta de Andalucía
Susana Díaz, presidenta de la Junta de Andalucía

En mi discurso de investidura expuse la necesidad de una revisión global de nuestro tejido productivo. Andalucía precisa de una estrategia que nos permita identificar nuestras fortalezas -que son muchas-, reconocer qué funciona y asumir qué ha fallado en estos treinta años de crecimiento. Debemos ser capaces de detectar sectores claves para un nuevo modelo productivo y herramientas útiles, tanto públicas  como privadas, que nos permitan crear empleo a mayor velocidad. En esta línea y con este fin trabajamos en la elaboración de la Estrategia Industrial de Andalucía 2014-2020. Andalucía necesita encontrar e impulsar sectores dinámicos, competitivos, de excelencia. Hay oportunidades claves en sectores como el de los bioproductos, las redes inteligentes, la construcción sostenible y el transporte limpio. El máximo aprovechamiento en estas ramas industriales dependerá de si sabemos enfocarlas para dar servicio a sectores usuarios estratégicos en Andalucía, como el agroalimentario, el minero, el de las renovables, el turismo, la salud o el aeronáutico. También estamos dando otros pasos importantes para generar confianza empresarial: pasar de la cultura de la subvención a la del incentivo reintegrable, disminuir la burocracia en la puesta en marcha de proyectos empresariales, fomentar la cultura emprendedora, priorizar la innovación estimulando la transferencia de conocimiento entre nuestras universidades y tecnópolis con las empresas, apostar por las energías renovables y optimizar aquellos sectores en los que somos punteros (turismo, agroalimentario, aeronáutica…). Para todo esto hace falta resolver un problema clave: la falta de financiación. Mi Gobierno no va a permanecer impasible ante esta importante necesidad de nuestro sector empresarial, por lo que ya hemos dado los primeros pasos hacia un Instituto de Crédito Público en Andalucía. Una herramienta financiera pública que llegue donde no están llegando los bancos. Pondremos a disposición de las empresas andaluzas crédito público por valor de 1.400 millones de euros a base de fondos reembolsables. Asimismo, este año libraremos los primeros 58 millones para un plan de recapitalización de pymes industriales, justamente las que más se han resentido por la crisis y las que con más urgencia necesitamos apoyar por su especial importancia en nuestra economía. Asimismo, hemos incrementado el apoyo a la internacionalización en un 24% y destinado 413 millones a la política de I+D+i. Cuando anuncié en mi investidura que el empresariado encontraría su mejor aliado en el Gobierno andaluz, me refería a esto. Pero hay que ser conscientes de que es el sector privado, generador del 80% del empleo, el que debe implicarse y comprometerse con la creación de oportunidades laborales de forma fehaciente y urgente. 

Es imprescindible, pues, impulsar el crecimiento de la iniciativa privada y la capacidad emprendedora, crear empleo y dotar a nuestras empresas de más músculo, porque unas empresas más dimensionadas tienen mayor capacidad exportadora, más productividad y mayor capacidad innovadora, es decir, configuran un tejido empresarial más competitivo. Concluyo apelando a la responsabilidad, compromiso y altura de miras de quienes tenemos en nuestra mano la tarea de gobernar y de actuar en esta coyuntura. En Andalucía podemos y debemos hallar el modo de rentabilizar nuestros activos y dar oportunidades laborales. Porque redundará en mayor riqueza económica y social, y nos conducirá hacia esa Andalucía de progreso por la que todos y todas luchamos.

Susana Díaz Pacheco, presidenta de la Junta de Andalucía