En los últimos meses de 2013 la economía española a nivel macro ha mostrado algunos síntomas de recuperación. Una mejoría que tuvo su principal hito en el anuncio oficial por parte del Banco de España del fin de uno de los periodos más largos de recesión que hemos vivido en nuestra historia.

Santiago Herrero
Santiago Herrero

A esto se unió los extraordinarios datos de nuestras exportaciones y el excelente comportamiento del sector turístico, entre otras circunstancias que hacen prever el posible comienzo de la salida de la crisis. Sin embargo, esta tendencia aún no se materializa en la microeconomía de las empresas, el consumo interno y el empleo. Diversos analistas apuntan a una salida de la recesión técnica y al hecho de que la economía va a crecer en 2014, pero aguas abajo las empresas no lo perciben todavía, pues el caudal del crecimiento y la recuperación tarda en llegar.

En este contexto, desde la Confederación de Empresarios de Andalucía consideramos que ha llegado el momento de reactivar las actividades económicas y productivas, y estimular las iniciativas privadas generadoras de empleo. Así, sin abandonar otros sectores que son estratégicos, debemos diseñar un proceso industrializador que en el medio/largo plazo nos iguale, cuando menos, con la media del país y, cuando más, con los territorios punteros. En cuanto a este proceso industrializador hay que recordar que a principio del pasado mes de octubre organizamos desde la CEA una reunión con la presidenta de la Junta de Andalucía, en la que participaron unas treinta empresas representativas por su dinamismo y capacidad estratégica en la actividad productiva y que ejercen su acción empresarial en la Comunidad andaluza.

En este encuentro empresarial la CEA propuso a la presidenta de la Junta una estrategia global para la industrialización de Andalucía, que tiene como objetivo principal el fortalecimiento del sector de forma sostenible y equilibrada, a fin de que incremente su peso en el conjunto de nuestra economía hasta el alcanzar el nivel óptimo del 20% del PIB. Esta iniciativa no es un mero plan, que tenga que ser desarrollado por un único centro directivo, sino que debe ser una estrategia global, compartida, que afecte al conjunto de las políticas, y que facilite compartir proyectos estratégicos.

Esta propuesta de reindustrialización la hemos hecho desde el convencimiento de que la industria, por su carácter altamente intensivo en exportaciones, por ser  empleador de trabajo altamente cualificado, por su capacidad innovadora y motor de las inversiones en I+D, es un sector clave para que Andalucía logre un crecimiento equilibrado y sostenible. Durante décadas, las empresas industriales andaluzas han realizado un importante esfuerzo en inversión tecnológica y medioambiental.

En este sentido, la industria andaluza es la segunda comunidad que más destina a inversiones y gastos corrientes en protección medioambiental, por delante de territorios con mayor tradición industrial que Andalucía. No obstante, la crisis ha golpeado con especial dureza a la industria andaluza, provocando una importante caída de producción, de inversión y de empleo, descenso que ha acentuado la tendencia de disminución, iniciada hace décadas, de la aportación de este sector en nuestra economía, tanto en VAB como en empleo. La desindustrialización de la economía es un proceso común en los países de la UE, por eso en octubre de 2012, la CE publicó la Comunicación ‘Una Industria Europea más fuerte para el Crecimiento y la Recuperación Económica’. Y en este sentido, Andalucía debe asumir los objetivos de la Comisión Europea como propios y desarrollar una política pro-industrial de largo plazo y estable que nos permita incrementar el peso de la industria en la aportación al PIB en los próximos siete años hasta acercarnos a los objetivos de la Comisión. Para ello se considera fundamental el tratamiento global de la industria como política transversal y prioritaria de la Junta de Andalucía.

En base a todo lo anterior, la Confederación de Empresarios de Andalucía propuso en la aludida reunión con la presidente de la Junta la elaboración de una Estrategia Industrial para Andalucía con el objetivo de la mejora de la productividad, el conocimiento, el incentivo a la inversión, la presencia internacional de nuestras empresas, y la reducción de los riesgos de la deslocalización. Por último, es evidente que se necesitan más empresas y nuevas iniciativas empresariales, pero no se trata sólo de un problema de cantidad en lo que se refiere al tejido empresarial andaluz. Se trata de una cuestión de tamaño. Hay que apostar por incrementar el tamaño de nuestras empresas y la reindustrialización es el mejor camino para lograr este objetivo. Andalucía más que nunca necesita la aparición de iniciativas nuevas y novedosas, el desarrollo de las ya existentes, y que la empresa pase a ser referente principal en las actuaciones de política económica.

Santiago Herrero León, presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA)