Formar a los líderes emergentes del mundo en los últimos avances de la tecnología es el objetivo de Singularity University. Hablamos con su embajador en España, Juan Martínez Barea
Agenda de la Empresa: ¿Cómo definiría esta crisis que venimos padeciendo? ¿amenaza u oportunidad?
Juan Martínez Barea: Soy tremendamente optimista respecto al mundo que vamos a vivir en esta década. Aún así, no quiero frivolizar respecto a la crisis, porque ha sido muy dura para las personas con menos recursos o con una situación más desfavorable, que se han visto sin oportunidades para poder desarrollar un trabajo, que es una de las peores situaciones que puede vivir un ser humano. Dicho lo cual, creo que la crisis ha tenido también un impacto positivo en España, porque ha “limpiado” muchas de las malas prácticas que se venían haciendo en dos décadas de desenfreno. Por ejemplo, en España ha sido demasiado fácil ganar dinero con actividades poco intensivas en conocimiento, lo que ha hecho que se hayan abandonado las actividades más productivas y de mayor valor añadido a largo plazo, las intensivas en conocimiento. La crisis va a permitir que el foco tenga que cambiar. Además, una consecuencia muy buena que ha traído la crisis económica en España es que ha obligado a todas las empresas a salir fuera, a vender en los mercados exteriores (porque el mercado interior estaba paralizado), y como consecuencia de ello, a empezar a sentir la presión por innovar. Para vender en los difíciles mercados globales hay que ofrecer productos y servicios de alto valor añadido, y eso sólo se consigue innovando. Por ello, dejando a un lado el aspecto negativo del impacto social de la crisis, creo que ésta va a tener importantes consecuencias positivas para España, porque nos ha obligado a virar la atención hacia actividades de alto valor añadido, y porque ha obligado a todas las empresas a salir fuera y a empezar a pensar en la necesidad de innovar.

A.E.: El mundo se mueve cada vez a más velocidad, ¿cuáles son las tendencias que están caracterizando este momento histórico?
J.M.B.: Como primer apunte, diría que la gran tendencia que caracteriza a estos tiempos es la velocidad de cambio. Siempre ha habido cambio, es parte de la historia del ser humano sobre la Tierra. Pero nunca este cambio ha sido tan rápido y tan acelerado. De forma concreta, estamos viviendo la confluencia en el tiempo de grandes tendencias que van a crear un mundo nuevo: a la globalización que ya todos conocemos, se le suman la hiperconectividad, la aceleración tecnológica, y el cambio geopolítico.
A.E.: ¿Que está cambiando y qué hará cambiar el mundo en los próximos años?
J.M.B.: La tecnología va a ser uno de los grandes protagonistas y uno de los grandes motores de cambio de esta primera mitad del siglo XXI. El impacto que hasta ahora ha tenido la tecnología en nuestras vidas se va a ver empequeñecido por lo que vamos a vivir en los próximos años. Pensábamos que la tecnología era algo que sólo tenía que ver con las industrias de alta tecnología, como la aeronáutica o la biotecnología, y no somos conscientes que todas las industrias y todos los sectores se van a convertir en industrias de alta tecnología, incluso las más tradicionales, como la agroalimentaria.
A.E.: ¿Cómo podremos sobrevivir en este mundo que viene, o mejor dicho, cómo podremos competir como nación, como empresa o como persona?
J.M.B.: Esta pregunta daría para escribir un libro, pero sólo por dar un apunte rápido, me gustaría comentar que el siglo XXI va a ser testigo de un aumento brutal de la competencia. España como país, y las empresas y ciudadanos españoles se van a ver sometidos a una presión doble. Por un lado, a la presión de los países emergentes, con la fuerza y la energía positiva de cientos de millones de personas, que van a invadir el mundo de productos “low cost”, y de profesionales muy competentes y a bajo coste. Y por otro lado, a la elevada competitividad de los países más avanzados, como Estados Unidos, los países nórdicos, Alemania, Japón o Corea del Sur, que van a inundar los mercados de productos innovadores, de muy alto valor añadido. Para poder sobrevivir en este nuevo panorama competitivo, sólo hay una respuesta posible: más educación, más innovación y más ambición. Cada empresa, cada ciudadano y cada gestor público tendrá que responder a su manera a este reto, pero no queda otra solución que convertirnos en un país de empresas y profesionales preparados como los mejores, innovadores y ambiciosos.
A.E.: Sabemos que es embajador en España de NASA-Singularity University, ¿qué es Singularity?
J.M.B.: Singularity University es una universidad muy joven, de apenas cinco años de vida, creada por un conjunto de empresarios y tecnólogos, de la mano de dos gigantes de la tecnología, como la NASA y Google. El objetivo de esta universidad no es competir con las grandes universidades que ya existen en el mundo, sino ocupar un nicho de mercado no ocupado por nadie: formar a los líderes emergentes del mundo en los últimos avances de la tecnología, y ponerlos a trabajar en equipo para resolver alguno de los grandes problemas de la Humanidad. Singularity University intenta unir algunos de los mejores talentos del mundo entero, con los últimos avances de la tecnología, y con un espíritu idealista y humanitario para intentar construir un mundo mejor. Yo la conocí porque tuve la suerte de ser uno de los alumnos de sus primeros programas, y desde entonces me he vuelto un entusiasta de SU, por esa maravillosa confluencia de talento, tecnología punta e idealismo, que creo que son los tres factores críticos para cambiar el mundo.
A.E.: ¿Dónde está ubicada y quién la dirige?
J.M.B.: Singularity University está ubicada en NASA Ames Park, un centro tecnológico de la NASA situado en el corazón de Silicon Valley, en California, apenas a unos metros de la sede mundial de Google. Esta universidad tiene dos grandes líderes: Peter Diamandis, que es el impulsor y alma del proyecto, y Ray Kurzweil, que es su cerebro e inspirador.
A.E.: ¿Quién patrocina Singularity?
J.M.B.: Singularity University se financia con las matrículas de los estudiantes que asisten a sus programas. Dado que quieren atraer a los estudiantes más brillantes del mundo, el factor económico no es un obstáculo para que nadie participe en sus programas. Por ello, existe un amplio programa de becas, financiadas por empresas y particulares de todo el mundo, que permiten que cualquier persona que haya pasado el duro proceso de selección, pueda participar en el mismo, independiente de su situación económica. En España los socios patrocinadores de SIngularity University son el Grupo Cosentino y la Fundación Rafael del Pino, que de forma altruista financian cada año dos becas para dos participantes españoles. Gracias a ellos España es ya uno de los países con un mayor número de alumnos en esta universidad.
A.E.: ¿Qué aportaría a universitarios, emprendedores, empresarios y ciudadanos españoles esta experiencia?
J.M.B.: Es una experiencia única que puede transformar tu vida para siempre. Es vivir durante un verano en el corazón del mundo. Visión global, ambición, idealismo, el famoso “think big” americano, el espíritu de que todo es posible, el conocimiento e incluso la amistad de algunas de las mentes y líderes más brillantes del mundo, el contacto directo con el lugar donde se crea el futuro. Es como hacer un viaje al futuro durante 10 semanas, y luego regresar para aplicar todo lo que has visto y aprendido para intentar poner tu granito de arena para crear un mundo mejor.
A.E.: Sabemos que lanzó en 1999 la primera aceleradora tecnológica de España, y ha participado en el lanzamiento de más de 100 nuevas empresas de alta tecnología, ¿qué ha significado y cuáles son las conclusiones más importante tras esta experiencia? ¿Es posible innovar aunque no vivamos en EE.UU u otro país avanzado?
J.M.B.: Mi experiencia con 50K es una de las más bonitas y reconfortantes de mi vida. Fuimos pioneros en España y en Europa en un momento, 1999, en el que la aceleración de empresas tecnológicas era algo desconocido. Pusimos nuestro granito de arena para que en el Sur nacieran empresas de alta tecnología en sectores como la biotecnología, como Canvax Biotech y Biomedal; de inteligencia artificial como Indisys; de microelectrónica, como Anafocus; de energías renovables como Green Power… Fuimos el modelo que han seguido en toda España desde entonces. Una de las conclusiones que he sacado de esta experiencia es que una de las grandes noticias que trae este nuevo mundo globalizado e hiperconectado es que es posible competir con los mejores del mundo desde cualquier lugar del planeta. No hace falta emigrar a los grandes polos de innovación del mundo para crear y desarrollar una empresa de alto crecimiento. En Andalucía, por no ir más lejos, existen cientos de emprendedores lanzando start-ups tecnológicas, y aspirando a competir con los mejores del mundo desde nuestra región. El ejemplo de Pilar Manchón, con su empresa de inteligencia artificial Indisys, desde Sevilla; el ejemplo de Fátima Acién, con su empresa de realidad aumentada “Arpa Solutions” desde Málaga; el ejemplo de Javier Burón con su empresa “Social Bro” desde Córdoba… Este mundo hiperconectado permite competir de tú a tú con los mejores desde cualquier rincón del planeta.
A.E.: ¿Está participando en algún otro proyecto en España destinado a mejorar la vida de los ciudadanos a través de la tecnología?
J.M.B.: Desde finales de 2012, e imbuido del espíritu de Singularity University, estoy liderando el lanzamiento de una empresa de biomedicina, ‘Universal Diagnostics’, con la que estamos trabajando en el desarrollo de un test para la detección temprana de cáncer. Ojalá las buenas expectativas se cumplan y podamos contribuir a disminuir el impacto de esta enfermedad en el mundo.
A.E.: Conoce bien Andalucía, después de muchos años de estudio en el extranjero ha vuelto a esta tierra como suele decir a ’empujar’, ¿a qué reto nos enfrentamos aquí y cuál es su consejo?
J.M.B.: Prepararnos como los mejores para competir con los mejores del mundo. No hay otro camino.
Manuel Bellido