Se suele definir el Coaching Ejecutivo como un recurso del que disponen las empresas y otras organizaciones para conseguir sus objetivos y mejorar su desempeño, mediante el desarrollo de sus directivos. Se pone en práctica como un proceso de acompañamiento a una persona o grupo de personas para ayudarles a conseguir unos objetivos, en el contexto de la práctica de su trabajo profesional.
El Coaching Ejecutivo se ha consolidado como el mejor camino, a veces el único posible, para ayudar a estos directivos a encontrar sus propias soluciones a problemas que se le plantean en su gestión diaria; es el caso de situaciones en las que entran en juego fuerzas internas ocultas y no explicitadas, que activan barreras mentales que a su vez impiden poner en juego todas las capacidades de las personas. No se trata de complementar conocimientos y habilidades, que proporcionan las actividades de formación, o de supervisar, apoyar y cuidar de la gestión de las personas, como haría el mentoring, ni aportar soluciones y facilitar la implantación de soluciones eficaces, como haría un consultor de gestión.
Por definición el coaching ejecutivo considera al sistema como un conjunto, que influye y condiciona el comportamiento de sus miembros, y es algo que va más allá de la formación. Recientemente le revista Fortune citaba un estudio de la AMA (American Management Association), según el cual la formación mejora las habilidades de liderazgo en un 22%, pero cuando se combina con Coaching la mejora se eleva al 77%. En la misma línea, la vicepresidenta de IBM de Desarrollo Global Ejecutivo y Organizacional señalaba que, según una investigación interna realizada, los líderes que tienen mejores competencias de Coaching son los que obtienen mejores resultados de negocio.
En España según la última encuesta del mercado de coaching, EMCE 2012, de Salinas y Bacás, se presenta la situación actual del coaching en España, y se proyecta su previsible futuro. Llegan a la conclusión de que, con la corrección que ha supuesto la actual crisis económica en todos los sectores, la tendencia es claramente al alza y con un fuerte potencial de crecimiento. Hay en el mercado una gran variedad de programas de formación en coaching, que se diferencian por su orientación, duración, profesorado, prácticas, y otras particularidades. Dentro de ellos hay algunos que están respaldados por las más importantes Asociaciones Profesionales españolas, que a su vez forman parte de Asociaciones Internacionales. La ventaja para los posibles alumnos es que tanto los contenidos como la duración e impartición de estos programas están regulados y acreditados por las asociaciones como una garantía de calidad y de rigor académico. Tanto la estructura como los contenidos de los cursos acreditados están orientados a personas que, teniendo una formación académica y profesional previa, especialmente en la gestión de personas, pretendan dedicarse ejercer profesionalmente el coaching dentro de una asociación profesional de prestigio.
Pero esta no es la única orientación ni la que genera mayores candidatos para esta preparación. Durante el proceso de aprendizaje se explican y se ponen en práctica habilidades específicas de coaching como la escucha, empatía, comprensión de la persona en su rol y su organización, establecimiento de una alianza de trabajo, y tantas otras, que pueden ser aplicadas directamente en cientos de situaciones diarias en las empresas y demás organizaciones por quien tenga responsabilidad de dirigir o gestionar personas o equipos, profesionales de los recursos humanos, consultores externos e internos, y un largo etcétera. Es decir, son habilidades deseables para personas que trabajan con personas, y tienen que afrontar problemas relacionales o de desarrollo que suponen un obstáculo para la consecución de los objetivos empresariales. En una situación como la que actualmente vivimos, en que las empresas y organizaciones deben conseguir resultados en condiciones de especial dificultad e incertidumbre, el coaching se presenta como una ayuda fundamental para aquellas y sus ejecutivos. Para las organizaciones, para que las duras condiciones del entorno no impidan su desempeño. Para sus integrantes para que la presión ambiental sumada a sus propias barreras internas, no les impida conseguir sus objetivos. Y es que este aprendizaje se ha convertido en algo fundamental para los directivos y gestores de empresas y organizaciones que requieren potenciar lo mejor de sus equipos y orientarles para optimizar su desempeño.
Manuel Nuevo, director del Programa Superior en Coaching Ejecutivo de EOI-Escuela de Organización Industrial