Cuando comenzó la crisis económica nadie, o al menos la mayor parte de la ciudadanía, podía imaginar que lo que se suponía iba a ser un período de recesión y de ajuste iba a acabar con millones de puestos de trabajo, con miles de personas sin prestaciones y con centenares de familias sin hogar. Es complicado hacerse a la idea de que en un país como el nuestro, en el que los servicios públicos eran un referente de calidad para muchos otros países, ahora haya jóvenes que se hayan quedado sin posibilidad de seguir formándose por los recortes en las becas o que mayores de 26 años tengan que justificar su falta de ingresos para poder recibir asistencia sanitaria.

Francisco Carbonero
Francisco Carbonero

¿Qué está pasando? ¿De verdad la crisis es la causante de todas estas pérdidas? La crisis económica es una realidad, negarlo sería absurdo, pero no es menos cierto que detrás de ella se esconde una apuesta ideológica porque si no, no se entiende ese empeño por acabar con todo aquello que garantiza la igualdad, el estado social y, en definitiva la democracia.

En CCOO siempre hemos trabajado y lo seguiremos haciendo en la defensa de los derechos socio-laborales pero pocos podíamos pensar que la crisis, la política económica y de recortes del Gobierno y la falta de corresponsabilidad de ciertos sectores empresariales llegarían a dibujar un panorama tan desolador como el actual.

Con casi un millón y medio de personas en Andalucía que quieren trabajar y no pueden hacerlo, un 38% de personas que carecen de recursos suficientes para satisfacer sus necesidades más básicas, un 67% de hogares con serias dificultades para llegar a fin de mes y más de 280.000 personas que viven en hogares sin ingresos de ningún tipo, el Gobierno no pueden permanecer de brazos cruzados. Pero, en lugar de buscar medidas que ayuden a la mayoría ciudadana a salir de la situación a la que la ha llevado el mercado financiero, se dedica a imponer reformas que atacan derechos, restan libertades y erradican la igualdad. Bajo el “eslogan” de “es necesario hacerlo para que España salga de la crisis” se están cometiendo verdaderas barbaridades con la gente de a pie y lo peor es que el discurso ha calado en la sociedad, cada vez más dispuesta a aceptar lo que sea, incluidos trabajos en condiciones míseras, con tal de poder cubrir sus necesidades más básicas y las de su familia. La autonomía financiera se ha convertido en el talón de Aquiles de la mayoría ciudadana y de eso se están aprovechando unos pocos porque todos sabemos que la autonomía financiera es la que nos da la libertad como personas y sin ellas, las personas quedan a merced de los intereses de una minoría.

El debate de la renta básica universal ya está en Europa y cada vez suena más en los debates políticos pero esas voces aún están muy lejanas porque su puesta en marcha implicaría un cambio de modelo social y un cambio de mentalidad que muchos no están dispuestos a llevar a cabo.

Pero más allá de esa propuesta en CCOO sí que apostamos por la creación de una renta básica de inclusión socio-laboral para Andalucía que serviría para dar cumplimiento al artículo 23 de nuestro Estatuto de Autonomía y convertiría la prestación en un derecho subjetivo, universal y exigible a los gobiernos. Una renta que tiene que ir incuestionablemente acompañada de un plan de lucha activa contra la pobreza y la exclusión social y laboral en Andalucía por parte del Gobierno andaluz.

No se trata por tanto de crear nada nuevo sino de hacer valer los derechos que como ciudadanos nos respaldan utilizando mecanismos reales que ayudarían en gran medida a dar respuesta a las necesidades de miles de personas, y las rescataría de la exclusión social. ¿O es que en este país solo se rescata a la banca?

Nuestra propuesta es clara, una prestación social de naturaleza económica que la persona percibirá durante  el tiempo que dure su situación de necesidad y cumpla los requisitos para su reconocimiento. Prestación, que queremos, dé cobertura a todos los segmentos de la ciudadanía andaluza que no tiene suficientes recursos para satisfacer las necesidades básicas de la vida, por lo que proponemos una regulación de personas beneficiarias amplia y flexible. Esta renta iría acompañada de un plan individualizado de inclusión que, partiendo de la situación de las personas y de las unidades familiares o de convivencia, con su participación y colaboración, establecería medidas para poder salir de la pobreza  o exclusión. Un plan que entendemos tiene que llevar aparejado el compromiso de la administración, en representación de la sociedad, con las personas, pero, también, el compromiso de las personas para cumplirlo. El plan adoptará medidas en todos los ámbitos del desarrollo personal, social o laboral buscando siempre alternativas para que las personas puedan ser autónomas económica y personalmente.

La ciudadanía ha hecho lo que es competencia del Gobierno y ha demostrado su solidaridad y ejemplaridad en multitud de actos, algo encomiable y elogiable sin lugar a dudas, pero no podemos olvidar que lo que nos hace iguales son los derechos, no la caridad y que, sin menoscabar ni por un segundo esa humanidad que cada día demuestran las personas, son los gobiernos quienes han de poner en marcha políticas que, desde lo público, inyecten recursos para reactivar la economía, fomenten la creación de empleo y protejan a las personas mientras estas no pueden acceder al mercado laboral.

Nuestra reivindicación viene de lejos pero no solo se queda en palabras y ya tenemos una propuesta viable para hacerla realidad. El Gobierno no puede ser corto de miras y tiene que darse cuenta de que por mucho que se rescate a la banca si no rescata a la mayoría ciudadana y la reintegra en la sociedad, la sociedad no funciona y la democracia no merecerá ese nombre.

Dice un proverbio chino que hay que excavar el pozo antes de tener sed pero el problema es que eso no se ha hecho en España, así que ahora, al menos así lo entendemos en CCOO, habrá que poner en marcha mecanismos efectivos para que las personas no mueran de sed.

Nuestra propuesta ya está sobre la mesa, seguiremos trabajando para que llegue a la sociedad como derecho real.

Francisco Carbonero Cantador. Secretario General de CCOO de Andalucía