Iberdrola desarrolla su actividad fiel al principio de sostenibilidad que rige históricamente la Compañía, ofreciendo a la sociedad un servicio esencial de manera responsable y fiable, contribuyendo al bienestar y al desarrollo de las sociedades en las que opera e intentando maximizar los impactos positivos en sus principales grupos de interés que son los accionistas, clientes, empleados y proveedores.
Desde hace unos meses contamos con una nueva Política de Sostenibilidad que ratifica el compromiso de la empresa con el desarrollo sostenible en todas sus actuaciones.
Así, la sostenibilidad se enfoca desde dos puntos de vista: el sectorial, en el que las empresas más competitivas, preocupadas por el medio ambiente y que invierten en energías que favorecen la seguridad de suministro serán las más sostenibles en el medio y largo plazo, y empresarial, centrado en el desarrollo de actividades sostenibles desde el punto de vista económico, social y ambiental.
A través de esta nueva norma, el grupo quiere continuar adaptándose a las necesidades de la sociedad en general y del sector energético en particular, cuyo modelo actual está cambiando para hacerse más sostenible.
En este sentido, Iberdrola, que ratifica con esta política su esfuerzo por liderar esta transformación, desarrolla productos y servicios energéticos cada vez más competitivos, con el menor impacto ambiental posible y que persigan garantizar a sus clientes un suministro fiable.
El compromiso con la sostenibilidad adquirido por la empresa se articula en torno a cinco ejes. El primero de ellos es la competitividad de los productos energéticos suministrados a través de la eficiencia en los procesos de generación, transporte y distribución de la energía que permita ofrecer productos al mejor precio posible, el uso de tecnologías con bajos costes de operación y mantenimiento y un mix diversificado con las fuentes energéticas más competitivas en función de las condiciones climatológicas o de mercado.
La seguridad en el suministro de dichos productos energéticos, la calidad del servicio y el apoyo a medidas de ahorro y eficiencia energética constituyen el segundo eslabón sobre el que trabajamos. Fundamental es, asimismo, reducir el impacto medioambiental de las operaciones que se llevan a cabo mediante la generación de energía con menores emisiones, la puesta en marcha de programas de biodiversidad o la gestión adecuada de los residuos que se generen en el desarrollo de nuestra actividad.
La creación de valor para accionistas, clientes y proveedores, cuidando el beneficio empresarial como una de las bases para la sostenibilidad futura de la sociedad y del Grupo y la dimensión social de nuestras actividades son los otros dos pilares sobre los que se apoya nuestra política de sostenibilidad.
Estas medidas se suman a las políticas de responsabilidad social corporativa, a las políticas de riesgo y a las de gobierno corporativo y cumplimiento normativo con las que cuenta nuestra empresa.
Alberto Yarte del Toro, delegado de Iberdrola Andalucía