De los distintos estudios realizados en diversas épocas y en diversos países se llega a la sana conclusión de que las empresas familiares son precisamente el tipo de empresa predominante en el mundo. Pues sí, las tantas veces denostadas empresas familiares tienen un lugar fundamental en el desarrollo mundial. Veamos algunas de las cifras a nivel mundial que pueden variar según el país, pero que pueden ser muy aproximadas a la realidad:

l           Entre el 65 y el 80% de las empresas son familiares.

l           El 40% de las 500 empresas más importantes de ‘Fortune' son familiares.

l           Más o menos la mitad del PIB está generado por las empresas familiares.

¡Benditas sean las empresas familiares! porque de ellas sale nuestro pan de cada día.! Por otra parte las empresas familiares son muy vulnerables, aunque la fuerza que tienen en la creación y generación de negocio es muy importante hay algunos datos que es conveniente conocer. Según el  Wharton Entrepreneurial. Centro que investigó 200 empresas de éxito entre el año 1924 y el 1984, constató que:

l           El 80% dejaron de existir

l           El 20% sobrevivieron con el mismo nombre. De las cuales el 5% fueron vendidas, el 2% no están en manos familiares, el 13% pertenece a la misma familia que el año 1924. De estos el 3% creció notablemente, el 3% no creció y el 7% declinó en varios sentidos.

Como se puede observar en estas cifras son demoledoras, así y todo cada día surgen nuevas empresas familiares, que luchan para ocupar un lugar en el mundo. Como dice Vilanova, las empresas familiares cuando van mal, van muy mal, pero cuando van bien van muy bien, mucho mejor que las no familiares. Aquel ‘chiringuito' que parecía casi nada en poco tiempo se nos convierta en una empresa con camiones entrando y saliendo, con publicidad en todos los lugares del país y su notoriedad es manifiesta de que las cosas van bien. Los vínculos y los lazos familiares tanto son una ayuda como un impedimento en el momento de dirigir una empresa. La dirección de la empresa familiar se hace tanto más compleja cuanto más familiares existen en la misma. Algunos errores comunes en las empresas familiares son:

l           No planificar la sucesión con suficiente antelación. Una sucesión no puede ser improvisada y en cuanto más tiempo mucho mejor. Si puede hacerse con 10 o 15 años de antelación muchísimo mejor.

l           Creer que siempre hay tiempo. El directivo principal tiene 50, 60 ó 70 años y goza de una excelente salud, por lo tanto para que dejar la batuta. Cuando uno no tenga fuerzas ya la dejará, pero quizás la empresa tampoco tendrá fuerzas.

l           Conflictos emocionales. Este es uno de los escollos principales para que las empresas familiares se desarrollen. Las envidias, los celos, el no ser tenidos en cuenta o amados, se entremezclan con el papel de directivo, que hay que adoptar. Las emociones subyacentes se llevan de la casa al trabajo, y del trabajo a casa siendo difícil clarificar los límites de la relación.

l           Ausencia de liderazgo. O también excesivo liderazgo, con lo cual no se deja surgir el liderazgo natural dentro del grupo. La ausencia de liderazgo suele verse en, o partir de la segunda generación.

l           Reparto del poder. Los ‘viejos' son renuentes a repartir el poder que tienen, les cuesta dejar de hacer lo que siempre han hecho, y dejar de ejercer el poder que siempre han ejercido. Con lo cual ni hacen , ni dejan hacer.

l           Recurrir al pasado. Son esquemas mentales que se tienen enquistados y que cuestan mucho de sacarse. Por un lado hay una razón obvia, en el pasado ha funcionado, lo que sucede es que en el mundo actual sirven de muy poco los éxitos del pasado, sino lo que hemos aprendido de las distintas experiencias.

l           Prácticas obsoletas. Que se han generado con el tiempo y pueden ser un verdadero lastre, por ejemplo la entrada de los ordenadores ha causado verdaderos traumas en las empresas familiares. Hay empresas con facturación de miles de millones que todavía utilizan la contabilidad del ‘gancho'.

l           La gestión del cambio. El cambio de un tipo de conducción a otro debe hacerse con firmeza, pero con suavidad para que las estructuras no se resientan, porque no solamente van a cambiar estructuras, sino también cambian la gente, el estilo de dirección, las tareas y la cultura, como consecuencia de todo ello hay que planificar muy bien las etapas y asegurarse cada paso.

l           La gestión del capital. Una empresa está para sobrevivir fundamentalmente, y muchas veces queda ahogada por el sistema de recoger todos los beneficios y repartirlos entre la familia. La gestión del capital en las empresas familiares es la mejor garantía para su supervivencia.

El funcionamiento complejo de la empresa familiar se puede suavizar, cuando se comprende los tres roles que tienen la mayoría de sus componentes:

Son muy útiles cuando se hace la reflexión "ahora el comportamiento más adecuado y necesario es el, de Propietario?, de Empresa? de Familia?". Clarificar en cada momento donde ser está, tiene la virtud de un pequeño ejercicio mental que facilita enormemente las relaciones con todos los miembros de la familia y ayuda a la empresa a  desarrollarse.