A nadie se le escapa el significativo desconocimiento que el usuario eléctrico tiene sobre el funcionamiento del mercado eléctrico español. Y muchos se sorprenden cuando descubren lo realmente fácil que es acceder a la información de qué, por qué y a quién se paga realmente por nuestro consumo eléctrico, y que tenemos derecho a conocerla y gestionarla.
De hecho, desde que en 2008 se liberalizara el sector eléctrico, monopolizado hasta entonces, el cliente dejó de ser un abonado, figura sin ningún tipo de capacidad, a usuario, y comenzó a ganar fuerza al menos en los ámbitos de generación y comercialización (la distribución sigue siendo un monopolio).

Pero, ¿sabemos realmente las reglas del juego de este mercado? No. Tradicionalmente, la información ha sido mala, oscura y escasa y pocos saben que pueden indagar de manera transparente, al alcance de cualquiera, mediante el acceso a las webs de los agentes del sector eléctrico: RED Eléctrica de España (REE), responsable de la estabilidad técnica del sistema eléctrico español, y los operadores del mercado en la península: OMIE (polo español, responsable de las operaciones diarias, mercado spot) y OMIP (polo portugués, operaciones a futuro, mercado a plazo).
Tampoco tiene mucho sentido que la mayoría de los usuarios, sean domésticos o grandes empresas, desconozcan que hay distintas alternativas de compra de energía. Se puede comprar a precio fijo, cerrando el precio de la energía a futuro para un horizonte temporal de hasta 3 años; se puede comprar a precio indexado al pool diario, dejando el precio abierto hora a hora y día a día; o se puede comprar mediante una estrategia mixta según nuestro interés.
El caso es que el 90% de los usuarios compra a precio fijo sin valorar la exposición al momento del cierre y solo negocia cuando el contrato eléctrico está a punto de finalizar. ¿La razón? Desconoce que el mejor precio de energía no se consigue por volumen, si no en función del momento, del conocimiento y de la estrategia que usemos.
Y llegamos al verdadero punto paradigma de la opacidad en el sector: ¿qué pagamos en nuestra factura eléctrica? Y es que sin saber por lo que pagamos, no tenemos conciencia sobre qué componentes actuar para reducir la factura.
Actualmente, está compuesta de tres partes: el término de potencia (término fijo) que está 100% regulado; término de energía (término variable) formado por un compendio de componentes regulados (ATR energía, pagos por capacidad, retribución a operadores de mercado y sistema, pérdidas de red e impuesto municipal) y de mercado (precio propio de la energía, servicios complementarios y desvíos); y las penalizaciones, por exceso de potencia o energía reactiva, que también están 100% regulados en el BOE.
Conclusión: es realmente paradójico que en un sector en el que 100% de la información es accesible a los usuarios no se aproveche para mejorar la gestión de compra de energía y reducir con ello el coste de la factura eléctrica. Solo con una buena estrategia de compra y un correcto asesoramiento sobre patrones y parámetros de contratación, la reducción de la factura puede llegar al 20%.
En 2014, pleno siglo XXI, la sociedad del conocimiento y de la tecnología, en la época de esplendor de las redes sociales y de la comunicación instantánea, tenemos que aprovechar que existe el acceso directo a la información del comportamiento del mercado para minimizar el coste de la factura eléctrica.
Es por ello, y es como lo hacemos en Energía Plus, que hay que acercar al usuario final a la realidad del mercado, asesorándole en optimización de parámetros de contratación, e ir paulatinamente quitándole el miedo que provoca el desconocimiento. El mercado es transparente. ¡Aprovéchalo!
Sergio Martín De la Rosa, CEO de Energía Plus