A nadie se le escapa el significativo desconocimiento que el usuario eléctrico tiene sobre el funcionamiento del mercado eléctrico español. Y muchos se sorprenden cuando descubren lo realmente fácil que es acceder a la información de qué, por qué y a quién se paga realmente por nuestro consumo eléctrico, y que tenemos derecho a conocerla y gestionarla.

De hecho, desde que en 2008 se liberalizara el sector eléctrico, monopolizado hasta entonces, el cliente dejó de ser un abonado, figura sin ningún tipo de capacidad, a usuario, y comenzó a ganar fuerza al menos en los ámbitos de generación y comercialización (la distribución sigue siendo un monopolio).

Sergio Martín de la Rosa
Sergio Martín de la Rosa

Pero, ¿sabemos realmente las reglas del juego de este mercado? No. Tradicionalmente, la información ha sido mala, oscura y escasa y pocos saben que pueden indagar de manera transparente, al alcance de cualquiera, mediante el acceso a las webs de los agentes del sector eléctrico: RED Eléctrica de España (REE), responsable de la estabilidad técnica del sistema eléctrico español, y los operadores del mercado en la península: OMIE (polo español, responsable de las operaciones diarias, mercado spot) y OMIP (polo portugués, operaciones a futuro, mercado a plazo).

Tampoco tiene mucho sentido que la mayoría de los usuarios, sean domésticos o grandes empresas, desconozcan que hay distintas alternativas de compra de energía. Se puede comprar a precio fijo, cerrando el precio de la energía a futuro para un horizonte temporal de hasta 3 años; se puede comprar a precio indexado al pool diario, dejando el precio abierto hora a hora y día a día; o se puede comprar mediante una estrategia mixta según nuestro interés.

El caso es que el 90% de los usuarios compra a precio fijo sin valorar la exposición al momento del cierre y solo negocia cuando el contrato eléctrico está a punto de finalizar. ¿La razón? Desconoce que el mejor precio de energía no se consigue por volumen, si no en función del momento, del conocimiento y de la estrategia que usemos.

Y llegamos al verdadero punto paradigma de la opacidad en el sector: ¿qué pagamos en nuestra factura eléctrica? Y es que sin saber por lo que pagamos, no tenemos conciencia sobre qué componentes actuar para reducir la factura.

Actualmente, está compuesta de tres partes: el término de potencia (término fijo) que está 100% regulado; término de energía (término variable) formado por un compendio de componentes regulados (ATR energía, pagos por capacidad, retribución a operadores de mercado y sistema, pérdidas de red e impuesto municipal) y de mercado (precio propio de la energía, servicios complementarios y desvíos); y las penalizaciones, por exceso de potencia o energía reactiva, que también están 100% regulados en el BOE.

Conclusión: es realmente paradójico que en un sector en el que 100% de la información es accesible a los usuarios no se aproveche para mejorar la gestión de compra de energía y reducir con ello el coste de la factura eléctrica. Solo con una buena estrategia de compra y un correcto asesoramiento sobre patrones y parámetros de contratación, la reducción de la factura puede llegar al 20%.

En 2014, pleno siglo XXI, la sociedad del conocimiento y de la tecnología, en la época de esplendor de las redes sociales y de la comunicación instantánea, tenemos que aprovechar que existe el acceso directo a la información del comportamiento del mercado para minimizar el coste de la factura eléctrica.

Es por ello, y es como lo hacemos en Energía Plus, que hay que acercar al usuario final a la realidad del mercado, asesorándole en optimización de parámetros de contratación, e ir paulatinamente quitándole el miedo que provoca el desconocimiento. El mercado es transparente. ¡Aprovéchalo!

 

Sergio Martín De la Rosa, CEO de Energía Plus