Esas palabras son las que le contesté a mi amigo Don Contradictorio al preguntarme sobre mi opinión relativa a la TV: debe ser objetiva, debe educar a los espectadores y debe tener calidad, sin la que no cumplirá los dos requisitos anteriores. Es una perogrullada decir que nuestra sociedad actual no se concibe sin la "pequeña pantalla". Tenemos que admitir que esa pequeña pantalla tiene sobre  nosotros una gran influencia, es ya parte imprescindible en nuestras vidas, llega a influir en forma considerable en nuestra vida familiar. Esto es un hecho, nos guste o no nos guste. Y por ello puede ser ventajoso o perjudicial, según lo que transmita la pantalla. Por eso, en mi opinión, se deben cumplir, como mínimo, lo que más arriba expreso.

– Sin que esto sirva de precedente, comparto tu opinión, porque con el atraso cultural que aún existe en España, la TV podría contribuir en forma importante a educarnos a todos. Si tenemos que pasar de la cultura del ladrillo a la de la innovación y tecnología, todos tenemos mucho que aprender y creo que la TV, debiera ayudarnos en esa aventura. Esos programas que salen, llenos de chismes y dimes y diretes, se podrían cambiar por otros que enseñen y nos diviertan, porque para mí, y como para mí para muchos otros, aprender es una de mis mayores diversiones.

– Bueno, estás desconocido. Se ve que el veraneo te ha sentado de maravilla- dije a mi amigo.- Para el próximo número de la revista, tu haces el artículo y yo las preguntas.