La Federación de Comunidades de Regantes de Andalucía (Feragua) ha considerado insuficiente la propuesta de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir de desembalsar 750 hm3 para la próxima campaña de riego, lo que supondría una restricción del 70% y sólo garantizaría unas dotaciones pírricas de 2.000 a 2.500 m3/has. En su lugar, solicita un desembalse de 900 hm3, aproximadamente la mitad del volumen embalsado actualmente en el Sistema de Regulación General, para garantizar un mínimo de 3.000 m3/has, que ayudaría a tener una campaña de riego con menor tensión social y territorial, y facilitaría la salvación de algunos cultivos importantes en la cuenca, ya muy perjudicados por el proceso de la reforma de la PAC, como son el algodón y la remolacha.

Feragua ha advertido del grave impacto socioeconómico que la restricción propuesta por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir tendría en la Cuenca, cuya producción bruta supera los 2.500 millones de euros y de la que dependen 128.000 empleos. Asimismo, ha recordado a todas las administraciones su responsabilidad en esta situación, ya que desde la anterior sequía (1995-99) no se ha avanzado nada en la resolución del grave problema de déficit hídrico que padece la Cuenca.

En este sentido, el presidente de Feragua ha apuntado que, mientras la superficie de regadío no ha dejado de crecer desde 1992 (de 271.000 a 470.000 has, más de un 74%) ante la indolencia y la permisividad de las administraciones, aún no hay nuevos embalses operativos en la Cuenca, y, a los que están en construcción (Melonares, La Breña II y Arenoso), les quedan como mínimo tres años para estar operativos. Asimismo, ha recordado que esta situación se agravó con la aprobación del trasvase Negratín-Almanzora, el único trasvase autorizado en nuestro país que detrae recursos de una Cuenca deficitaria, “y que está creando graves tensiones que en su día anunciamos”.

A juicio de Fernández de Heredia, los regantes “han puesto mucho más” que las administraciones en las resolución del déficit hídrico de la Cuenca, y la muestra de ello es el esfuerzo que están haciendo en modernización, acometiendo inversiones de más de 1.500 millones en una superficie de más de 250.000 hectáreas, sin tener garantizadas las dotaciones de recursos hídricos, que les permitan rentabilizar dichas inversiones.

Además, gracias a un esfuerzo considerable en la mejora de la gestión, las comunidades de regantes han conseguido que las dotaciones medias unitarias en las grandes zonas regables de riego por gravedad, se hayan reducido del entorno de los 8.000–8.500 m3/Has en los años 80 a los 6.000-7.000 m3/Has en la actualidad, lo que supone un ahorro de agua superior al 15%.

En su intervención en la Comisión de Desembalse, y durante la argumentación de su propuesta, el presidente de Feragua recordó los estragos causados por la anterior sequía, con un impacto económico superior a los 3.000 millones de pesetas y más de 35 millones de jornales de pérdidas, y también aludió a las dotaciones autorizadas en el período 85-88, con una situación en los embalses a primeros de febrero muy inferior a la actual. En aquellos años, se regó con normalidad, con dotaciones medias propuestas de 7.000 m3/Has. “¿Qué explicación tiene que en aquella época con menos de 1.800 Hm3 en la regulación general se regara con normalidad y hoy se nos ofrece una restricción del 70%?”, se preguntó Fernández de Heredia, que consideró más ajustada y acorde con la situación de los embalses la propuesta de Feragua, que supone una restricción mayor del 50%, y que garantiza los recursos con destino a los abastecimiento urbano por más de tres años.

Además de este aumento de la dotación, el presidente de Feragua transmitió el acuerdo de su Junta de Gobierno de proponer “la prohibición total de segundas cosechas y un aumento del control y vigilancia de los ríos, incrementando las medidas sancionadoras sobre los regadíos ilegales”.

Finalmente, en relación con la forma de gestionar los desembalses, abogó por modificar el tradicional concepto de agua de temporada (mayo-septiembre) por agua a la demanda, para adaptarse a los cambios del cultivo y de los sistemas de riegos de la Cuenca. Los proyectos de modernización de regadíos además de ahorrar agua, implican un cambio hacia cultivos hortofrutícolas que exigen agua a la demanda durante todo el año, a diferencia de los cultivos herbáceos e industriales que se regaban con agua de temporada (mayo – septiembre).

Feragua, ha solicitado nuevamente la convocatoria de la Comisión de Desembalse en abril, para planificar el modo de gestionar los desembalses y analizar nuevamente la situación hidrológica, que pudiera modificar al alza las decisiones adoptadas sobre el volumen a desembalsar, como consecuencia de las lluvias de los próximos dos meses.