Actualmente, la baja participación de los jóvenes en el mercado laboral es una característica estructural, explicada principalmente por la permanencia de los alumnos en el sistema educativo. De esto se deduce que un alumno diplomado tenga más posibilidades de encontrar un puesto de trabajo que un graduado escolar, sin embargo, a su vez, posee menos oportunidades que un alumno licenciado quien, de facto, posee el ratio de desempleo más bajo.

No obstante, a raíz de la crisis, el mercado laboral se encuentra estancado también para jóvenes con estudios. Y ello, con dos importantes consecuencias. Por un lado, los recién graduados sufren el retraso en la incorporación laboral, con el consiguiente menoscabo en su recorrido profesional. Y, por otro, las empresas, ante la incertidumbre económica, optan por no arriesgarse a contratar jóvenes, de los que no tienen referencias académicas y personales suficientes.

 

Un programa para jóvenes talentos

Esta es una de las premisas por las que la Fundación San Telmo hace seis años puso en marcha el Proyecto Lydes (Liderazgo y Desarrollo), tratando de dar solución a la demanda de estos jóvenes que se sienten desorientados al acabar su formación universitaria, al tiempo que da una respuesta definitiva a las necesidades detectadas en las empresas que buscan jóvenes talentos. Se trata, según el Prof. Juan Pérez, director de CREARA, de “formar, orientar, y diseñar los primeros pasos profesionales de lo que puede ser la futura élite directiva. Si la formación de los jóvenes no se ajusta a lo que las empresas exigen, una solución obvia es crear programas de formación alternativos, como el Lydes”.

 

Por ello, durante los meses de Julio y Septiembre, un grupo de entre cuarenta y sesenta jóvenes conviven en las aulas de la Fundación San Telmo, aprendiendo de los profesores del claustro y de ponentes invitados de excepción, así como disfrutando de compañeros con los mismos intereses e inquietudes. Todo ello, a un ritmo de trabajo muy intenso, con altos niveles de exigencia y consiguiendo muy buenos resultados. Demuestran con ello sus elevadas capacidades y sus ganas de aprender y empezar a hacerse un hueco en el mundo laboral. Los alumnos deberán superar un exigente Tribunal Académico que, a modo de Comité de Dirección, les exige presentar y defender sus argumentaciones sobre distintos casos, aproximándose todo lo posible a las demandas y realidades de la empresa. De nuevo, queda reflejado en esta prueba el entusiasmo de todos ellos y su capacidad de trabajo.

 

 

Una ventaja también, para las empresas

Uno de los temas que más preocupan a los empresarios y al que, sin duda, dedican más tiempo a lo largo de su vida profesional, es la selección y formación de personas dentro de sus organizaciones. El mercado laboral necesita buenos profesionales que, además de poseer los conocimientos técnicos inherentes a su carrera, dominen el lenguaje de las empresas. Esas personas son muchos de los alumnos del Lydes, que tras finalizarlo, San Telmo pone en contacto con las empresas colaboradoras de este programa, con las que se tiene igual exigencia en la selección; deben ser empresas líderes en sus sectores y ofertar puestos que cuenten con un diseño de carrera acorde con un joven talento del que se espera un gran desarrollo.

El Proyecto Lydes se convierte en la plataforma perfecta para encontrar jóvenes preparados y con ganas de entregarse al máximo al comienzo de su carrera profesional. Conviene destacar que en el propio proceso de selección para acceder al programa, se buscan los perfiles que previamente han sido demandados por empresas colaboradoras. Son compañías que confían en la formación de San Telmo para progresar en su negocio y  asegurar su continuidad. Tanto es así que aunque el proceso de selección para entrar en el LYDES es riguroso, las oportunidades de carrera profesional que brinda a los jóvenes son muy buenas: de la promoción que acabó el pasado septiembre, el 100% empezó a trabajar, con una media de 6,2 procesos de selección por alumno.

Por ello, el Proyecto Lydes brinda beneficios a tres niveles:

–      A los participantes: Los forma, acelera su integración efectiva en la empresa y les ofrece un plan de carrera brillante.

–      A las empresas: Les ofrece la oportunidad de incorporar jóvenes talentos con proyección futura.

A la sociedad: Evita la fuga de talentos a otras regiones y países haciendo que permanezcan y se desarrollen en nuestras empresas