El modelo MICA-BBVA, con cerca del 80% de la información disponible para el cuarto trimestre de 2014, estima un crecimiento trimestral del PIB (t/t) del 0,7% que, de confirmarse, supondría un
incremento superior al esperado a principios del trimestre (BBVA Research: 0,5% t/t).

Según el informe del Observatorio Económico de España de BBVA Research, la tendencia de las variables observadas indica que el ritmo de expansión de la economía española se intensificó al cierre de 2014.

El repunte de la actividad estuvo asociado a una aceleración de la creación de empleo lo que, previsiblemente, habría dado lugar a un estancamiento o incluso una reducción marginal de la productividad.

Cabe destacar que la mejora de la demanda nacional (principalmente, la privada) sigue asentándose en factores coyunturales (reducción de la incertidumbre), en el mayor soporte de las políticas fiscal y monetaria y en factores estructurales. Entre estos últimos destacan el avance en la corrección de los desequilibrios internos y algunas de las reformas llevadas a cabo en los últimos años.

En lo que respecta a los flujos comerciales, los indicadores parciales de coyuntura apuntan a un “estancamiento de las exportaciones españolas, en un entorno exterior condicionado por la ausencia de dinamismo de la economía europea y el incremento de las tensiones financieras”.

En resumen, se mantiene la valoración sobre el escenario macroeconómico y sobre los sesgos presentes en el mismo. Por el lado positivo, el precio de petróleo ha continuado su recorrido a la baja, hasta situarse el de tipo Brent ligeramente por debajo de los 50 dólares por barril al cierre de este informe.

Dado que el origen de esta presión en los precios parece estar más ligado a la ampliación de la
oferta de crudo que a la debilidad de la demanda global, supondrá un sesgo positivo sobre el
crecimiento contemplado hasta ahora en el escenario central de BBVA Research (1,3% y 2,0% para 2014 y 2015, respectivamente).

Por el lado negativo, el riesgo más importante para España sigue siendo la posibilidad de un episodio de estancamiento prolongado en la UEM que, de producirse, limitaría el crecimiento de las exportaciones y, con ellas, el del resto de la economía española. Asimismo, la creciente incertidumbre derivada de los eventos de carácter geopolítico podría afectar a las decisiones de consumo e inversión de familias y empresas.

El informe señala que el tercer trimestre de 2014 se caracterizó por una expansión generalizada de la demanda doméstica, tanto privada como pública, y un retroceso marginal de la demanda externa neta.

Tras el fuerte crecimiento observado en el tercer trimestre de 2014, “cabía esperar una ralentización de las exportaciones españolas al cierre de 2014”. Cumpliendo las expectativas, los indicadores de confianza (cartera de exportaciones de la industria) y gasto (ventas exteriores de bienes y servicios de grandes empresas) apuntan a un práctico estancamiento de las exportaciones de bienes y servicios no turísticos.