España ha recuperado el pulso en estos últimos 12 meses. En clave empresarial, el entorno ha mejorado considerablemente por el impulso del sector exportador, sobre todo, durante la primera parte del año, y del consumo interno, con buenos signos de reactivación en los últimos trimestres. Esta consolidación de los distintos niveles de la economía ha estimulado la confianza inversora en España y mejorado las perspectivas financieras.

 

El buen comportamiento de los principales indicadores macroeconómicos está ya trasladándose a la economía real, ha espoleado el mercado interno y reavivado sectores que, hasta ahora, han atravesado procesos de ajuste duros y complejos. En este sentido, uno de los puntos fuertes de la recuperación ha sido el sector exportador y la internacionalización de nuestras empresas.

 

ALVARO-PORTESEl cambio de tendencia está siendo clave para el posicionamiento de España en los mercados internacionales, un entorno en el cual las empresas españolas han demostrado la solvencia suficiente para promocionar sectores, hasta ahora, casi exclusivamente clave del rendimiento monetario interno. Según datos oficiales, las exportaciones totales de 2014 (hasta octubre) avanzan un incremento del 2,1% en la tasa interanual, hasta alcanzar los 200.738 millones de euros, el máximo histórico desde 1971, primer año que existe registro de esta partida.

En este sentido, la evolución no ha sido sencilla, en especial por las dificultades de las empresas para financiarse. La crisis ha agudizado las necesidades de las corporaciones españolas, cuyos proyectos requerían vías alternativas de financiación, alejadas de la financiación tradicional, demasiado lineal y con exigentes condiciones difícilmente asumibles por el núcleo empresarial español: las pymes.

 

El pasado año hemos visto como se han desarrollado nuevos modelos -como, por ejemplo, CESCE Fondo Apoyo a Empresas- para diversificar la oferta de acceso a la financiación, factor imperativo para el desarrollo empresarial y aspecto ineludible para consolidar el crecimiento.

 

El aumento del volumen comercial y exportador ha permitido visualizar la progresión del mercado de la financiación alternativa, un entorno que ha mostrado su alta capacidad para diseñar innovadoras soluciones que dan respuesta a la demanda de liquidez, con un importante foco en las medianas y pequeñas empresas.

 

En este ámbito, la reactivación de los flujos de crédito ha sido, y será durante 2015, un aspecto fundamental para acelerar la tendencia de nuestra economía y afianzar el repunte del crecimiento de nuestras empresas.

 

Todos los indicadores nos permiten visualizar un año muy positivo para la economía española en general y, en concreto, para nuestro sector. En CESCE, gracias a la proximidad con las empresas y nuestra capacidad de adaptación a las necesidades del mercado que nos caracteriza, confiamos en ayudar a nuestros clientes a mejorar sus resultados, a crecer.

 

Las previsiones oficiales apuntan a un crecimiento sólido de la economía, por encima del 2% del PIB, a una caída continuada de la prima de riesgo y de los tipos de interés a los que se financia el Estado, un aumento progresivo del número de empresas y una reducción significativa del número de desempleados.

 

Todos estos factores indican que la economía española atraviesa un momento óptimo para consolidar la posición que tanto trabajo ha costado recuperar. Aún quedan factores que vigilar y ajustar; sin embargo, la realidad presenta 2015 como un año de crecimiento, consolidación y oportunidades.

 

Álvaro Portes

Director territorial Sur de CESCE