Los registros laborales que ha dejado el primer mes de 2015 “han sido peor de lo esperado porque la creación de empleo puede parecer que se ha detenido con el inicio del año”. Sin embargo, “parte de los peores resultados (todos esperados) vienen dados por la estacionalidad, ya que si depuramos los registros, observamos que incluso se ha creado empleo durante el mes de enero”.
La perspectiva para este año mejora incluso, en este momento, los 400.000 empleos, y así lo recoge el indicador AML Afi-ASEMPLEO, que apunta a que el incremento interanual de ocupados se elevará hasta el 2,6% entre febrero y marzo.
2015 comienza con una ralentización en la mejora del mercado laboral, aunque considerando la estacionalidad, que no favorece los resultados de enero, y eliminando su efecto, podríamos hablar de un balance positivo, encontrándonos con una incremento de 23.100 afiliados y una reducción de 38.100 desempleados. Son las actividades profesionales, el comercio al por menor y la hostelería los sectores que impulsan el crecimiento de la afiliación (3% interanual).
El crecimiento de la contratación, tanto la indefinida como la temporal, ha alcanzado un 8,6% interanual, si bien cabe destacar que son los contratos temporales los que más empujan este crecimiento, con un aumento respecto este tipo de contratación en el trimestre anterior del 7,5%.
La ocupación del cuatro trimestre de 2014 se incrementa en un 2,5% interanual, concretamente en 65.100 personas. Aumenta la ocupación entre las mujeres de 45-55 años, uno de los colectivos más desfavorecidos, y los ocupados en el sector de la educación y la agricultura (116.200 y 62.800 personas respectivamente). Por primera vez desde 2011, aumentan también los empleados públicos, sobre todo en la Administración Central y las CC.AA.
La Encuesta de Población Activa (EPA) deja una mejora de la población, que aumenta en 95.200 personas, mientras que el paro se comporta según lo previsto, cerrando el año con una tasa del 23,7%.
Durante el cuatro trimestre de 2014, el número de desanimados alcanzó las 433.700 personas (un 14% menos que en el tercer trimestre), representando a un 1,8% de la población activa ajustada. El tránsito hacia la actividad se ha incrementado hasta un 30,3%, lo que significa que tres de cada diez desanimados se incorporaron de nuevo al mercado laboral, tanto como desempleado como en el empleo.
El aumento del número de desanimados se intensifica en aquellos momentos en los que se reduce la ocupación, como ha sucedido durante la crisis, lo que significa que se pierde cualquier expectativa de encontrar un empleo. Este abandono de actividad dura en el tiempo tanto como tarden en llegar las mejoras en las perspectivas económicas, lo que conlleva a un aumento de la confianza en la recuperación y un reenganche a la actividad.
Las mujeres representan un 70% en el cuatro trimestre por la dificultad de encontrar trabajo. Sin embargo, el reciente crecimiento en la ocupación de este colectivo provoca que el que más transite, en términos absolutos, hacia la actividad.
Si hablamos de términos relativos, es el colectivo de los hombres el que presenta una mayor probabilidad de tránsito del desánimo a la actividad (39,2% de hombres frente a 25,9% de mujeres durante el tercer trimestre). “Sería necesario implementar una serie de medidas que impulsen el empleo para las mujeres, de cara a revertir la feminización de este desánimo”.
Mayores de 55 años, hombres y jóvenes
Una gran parte de los desanimados (40% en el cuatro trimestre) lo forman los mayores de 55 años, debido principalmente a su mayor rigidez al reciclaje formativo y sectorial, su reticencia a la movilidad geográfica y su cercanía a la jubilación, lo que dificulta su transición hacia la actividad.
Es precisamente en este colectivo donde se ha producido una mayor reducción en los desanimados, que vuelven al mercado laboral. Es necesario por tanto evaluar si existen puestos de trabajo que se adecúen a estos trabajadores, a su experiencia, limitaciones y necesidades que representan una dificultad a la hora de su reinserción laboral.
El grupo de desanimados comprendido entre los 25 y 35 años es el que ha experimentado una mayor respuesta al efecto llamada, consecuencia de la recuperación económica y el incremento del empleo. La probabilidad de transición de este colectivo ha crecido hasta situarse en el 50% en el cuatro trimestre, lo que sitúa a uno de cada dos jóvenes desanimados en el mercado laboral (buscando empleo o trabajando).
En aquellas CCAA donde existe una mayor tasa de paro es donde hay más desanimados, siendo en estas regiones donde está siendo mayor también el tránsito hacia la actividad. Concretamente, se está produciendo en las regiones costeras mediterráneas y los dos archipiélagos, destacando Baleares, con una probabilidad de transición del 30%. Probablemente se deba en el buen comportamiento del sector turístico a finales de 2014, ya que es donde se concentra gran parte de la actividad económica de la región.
La región donde se encuentra la mayor transición a la actividad (desempleo u ocupado) es Cataluña, donde cuatro de cada diez desanimados (39,7%) han pasado a la fuerza laboral activa en el cuatro trimestre. Le sigue Extremadura, con una transición del 37,8% y la Comunidad Valenciana, con un 35,2%.
En la otra cara de la moneda destaca Navarra, donde tan solo un 5,5% de la población desanimada se ha incorporado a la actividad del mercado laboral. Después se sitúa Asturias, ya con un 8,3% y Madrid, que ha registrado un tránsito de inactividad a actividad del 16,7%.