"Los diccionarios son como los relojes: el peor es mejor que ninguno, y en cuanto al mejor, no se puede esperar que sea totalmente fiable". (Samuel Johnson)

En estos tiempos de intenso debate político no podían faltar las alusiones y reproches mutuos entre nuestros representantes, enzarzados en continuas disputas en las que se recurre a toda suerte de munición, incluida alguna que otra invectiva que los diversos medios de comunicación se encargan de trasladarnos con relativa fidelidad. Así, leemos en un periódico de difusión nacional que " No fue la única puya que el susodicho regidor municipal lanzó a sus antecesores", lo que nos recuerda la afición que sentimos por los símiles taurinos, toda vez que puya es la "punta acerada que en una extremidad tienen las varas o garrochas de los picadores o vaqueros, con la cual estimulan o castigan a las reses", de donde deriva puyazo – "herida que se hace con puya". Así pues, lo que el munícipe en cuestión lanzó fue una pulla – " dicho con que de modo indirecto se zahiere o reconviene a una persona", entre otras acepciones de tono igualmente despectivo.

Aunque ya metidos de hoz y coz, que diría el clásico, en el terreno de los deslices lingüísticos, nos dejamos llevar por la tentación de reproducir algunos de entre los más reiterados: "Los médicos andaluces piden que la objeción al aborto sea extensible a todos los facultativos"; "El comentario, debido al mal funcionamiento del equipo, es extensible al total de la temporada". No es nueva la cuestión, aunque merece la pena insistir: una hamaca o un asiento, pongamos por caso, pueden ser 'extensibles'; una medida o una disposición pueden hacerse 'extensivas' a otros ámbitos.

La televisión también aporta 'su granito de arena' a la confusión general: "La selección de waterpolo ha quedado onceava en los campeonatos de Roma", en donde se aprecia que la diferencia entre cardinales, ordinales y fraccionales no parece ser el punto fuerte del redactor de la noticia. Porque, como se recoge en cualquier manual, once, undécimo y onceavo quieren decir, respectivamente, que hay once objetos, que uno de ellos, por ocupar el número once dícese el undécimo objeto, y que la totalidad es divisible en once partes, cada una de las cuales es un onceavo del total.

La tenaz persistencia de lluvias torrenciales, con su trágica secuela de ruina y devastación que a tantas personas ha afectado, ha dado lugar a más de un 'traspié': "El clima (los pedantes prefieren climatología) va a dar una tregua", pronosticaba una emisora de televisión autonómica, para añadir que "las inclemencias del terreno en los caminos y parques forestales en Doñana constituían un grave obstáculo". Aunque soy escéptico en cuanto a su influencia, mi condición de docente me obliga a hacer las aclaraciones pertinentes, no tanto por afán de crítica como por el deseo de subsanar errores de concepto. Tales son los casos de 'inclemencia' -"rigor del tiempo atmosférico"-;'clima'- "conjunto de condiciones atmosféricas que caracterizan una región"-, o 'climatología' – "tratado o estudio del clima", por lo cual hubiera sido más apropiado referirse a la 'situación meteorológica' (viento, lluvia, nieve), fenómenos contingentes; y, en referencia a un terreno, éste puede ser 'inaccesible', o de 'difícil acceso', más nunca se le pueden atribuir ¡inclemencias!

Las crónicas de sucesos, por desgracia tan habituales, proporcionan abundante material, como la antes citada televisión autonómica, que informaba : "El marido (presunto asesino) le propinó un disparo que le causó la muerte", algo difícil de entender por cuanto 'propinar' significa "maltratar a una persona; pegarle" (propinar una paliza), a lo que añadió que "… la siguió disparando", típico ejemplo de 'laísmo' o utilización incorrecta del la por el le como pronombre representativo de un complemento indirecto femenino, cosa que no ocurre cuando se trata de un complemento directo: la llevé al cine ; luego, la invité a cenar y le agradecí que hubiese aceptado.

Dejo para otra ocasión, a modo de ejemplo ilustrativo, una serie de citas textuales a las que la definición de puya se ajusta con ingenio y abundantes dosis de mala uva.