A lo largo del mes de 2014, más de un 30% de los coches siniestrados tenían los neumáticos en mal estado y en un 12% de los casos el sistema de frenos no funcionaba correzaimoctamente. Además, la mayoría de los conductores accidentados desconoce las revisiones que hay que hacer al coche y uno de cada seis conductores retrasa las citas al taller en más de seis meses.

Y es que no realizar un mantenimiento continuo y aplazar las reparaciones puede resultar muy caro, no solo por tener que hacer un desembolso elevado de forma repentina que puede superar los 2.000 euros, sino porque el gasto puede resultar aún más elevado a causa de otras averías que se produzcan por el mal estado del vehículo.

Zaimo, la plataforma de créditos online, recomienda ser previsores en las próximas vacaciones de Semana Santa y tener en cuenta las siguientes consideraciones antes de meter el equipaje en el coche:

1. Cambio de neumáticos: Junto a los frenos y la suspensión, los neumáticos son uno de los elementos del coche más relacionados con la seguridad, aunque también de los más ignorados. Un 26% de los conductores que sufren accidentes comprueba el estado de los mismos una vez al año, el 23% solo cuando lo lleva al taller, y un 17% cuando pasan la revisión o realizan un viaje largo, según datos de la Dirección General de Tráfico. Renovar los cuatro neumáticos supone un coste aproximado de 300 euros, dependiendo del vehículo, y se debe hacer cada 40.000 o 50.000 kilómetros.

2. Revisión de la suspensión: Pese a ser fundamental para la seguridad del coche y de sus ocupantes, un 31% de los conductores la revisa solo al pasar la ITV, mientras que el 5% no lo hace nunca. Una suspensión en mal estado aumenta el riesgo de perder el control del coche y hace que se incremente la distancia de frenado considerablemente. El cambio de los amortiguadores es de aproximadamente 300 euros dependiendo del modelo.

3. Estado de los frenos: El deterioro de los frenos es difícil de detectar ya que se produce poco a poco. El desgaste de los componentes que influyen en el sistema de frenado depende mucho de la conducción que realice cada uno, pero por lo general se recomienda una revisión al menos una vez al año. La realidad es bien diferente. El 37% de los conductores reconoce revisar el líquido de frenos solo cuando lleva el coche al taller por otros motivos, mientras que un 24% lo hace únicamente cuando el indicador avisa de la anomalía y puede ser demasiado tarde. Cambiar los frenos puede costar entre 200 y 250 euros según la región y modelo de coche.

4. Comprobación de los niveles: Mantener los niveles adecuados de aceite y líquido de la refrigeración es esencial para evitar que las piezas del motor sufran un desgaste excesivo. Aunque se recomienda vigilar los niveles de aceite una vez al mes, el 37% lo hace una vez al año. También se debe comprobar mensualmente (o cuando llueve) el líquido del limpiaparabrisas y el estado de las escobillas, aunque aproximadamente un tercio de los conductores reconocen preocuparse solo cuando el coche pasa por el taller. El presupuesto para este apartado puede sobrepasar los 100 euros.

5. Atención a los filtros: Los diferentes filtros que lleva el vehículo, de aire, combustible y aceite, están diseñados para garantizar un funcionamiento correcto del motor. El coste de su renovación asciende a 250 euros en total y mantenerlos en mal estado puede provocar averías en el coche y gastos de combustible elevados.

6. Estado de los faros: Supervisar el correcto funcionamiento y alineamiento de las luces y mantenerlas limpias es muy importante para ver y ser vistos en la carretera, especialmente durante la noche y cuando la meteorología es adversa. Se trata de una comprobación que deberíamos hacer de forma rutinaria, pero cerca de un 30% de los conductores reconoce que solo lo miran al acudir a un taller, con el consiguiente riesgo de sufrir un accidente. El cambio de las luces delanteras y traseras puede salir aproximadamente por 100 euros, dependiendo del modelo y lugar.

Además de estos elementos, también hay que prestar atención a la correa de distribución, cuyo coste oscila entre los 200 y los 400 euros, pero que si no se cambia dentro de los plazos recomendados por el fabricante puede acabar provocando averías graves de motor. El tubo de escape es otra de las piezas a la que algunos conductores reconocen no prestar ninguna atención. Su coste varía dependiendo del coche y del tipo de tubo de escape, pero un modelo medio supone aproximadamente 150 euros. Finalmente, la batería también es la gran olvidada hasta que es demasiado tarde.

Eduardo Marín, country manager de Zaimo en España ha comentado que es fundamental hacer una revisión antes de los largos viajes: “La previsión es un factor esencial tanto a la hora de gestionar nuestras finanzas como de planificar unas vacaciones. Esto es especialmente importante en el caso del mantenimiento de nuestro coche, que ya de por sí resulta una partida importante de nuestro presupuesto como para incurrir en desembolsos imprevistos por no efectuar las reparaciones necesarias a tiempo”.