La exuberante actividad musical sevillana , protagonizada por una serie de entidades -Teatro de la Maestranza, Real Orquesta Sinfónica, El Monte, Juventudes Musicales, Fundación Focus-Abengoa, sin olvidar la cooperación de organismos públicos y privados- se traduce en un panorama absolutamente inimaginable hace poco más de una década, cuando, por ejemplo, la ROSS iniciaba su andadura, pródiga en sobresaltos, y evolucionaba hacia la espléndida realidad actual. El nombramiento como director artístico – no exento de críticas injustificadas – de Pedro Halffter, en sustitución del irresponsable Alain Lombard, supuso una especie de ‘renacimiento’ de las ilusiones marchitas. Bien es cierto que muchos aficionados, anclados en las postrimerías del siglo XIX e incapaces de realizar un esfuerzo de comprensión y de adaptación a formas nuevas, exteriorizaron su rechazo dejando de acudir a la cita con nuestra orquesta, con el consiguiente desánimo y repercusión económica. Pero, felizmente, la crisis parece haberse superado, a lo cual ha contribuido un leve pero significativo cambio de rumbo en la programación, ya que se ha logrado, pienso, un equilibrio entre estrenos u obras de audición infrecuente y el llamado ‘gran repertorio’, así también como a la progresiva incorporación de nuevas generaciones, más receptivas, tal vez, a estéticas contemporáneas.

A lo largo de 2006 han ocupado el podio de nuestra Orquesta Sinfónica, además de su titular, Pedro Halffter, Michail Jurowski, Christian Arming, Juanjo Mena, Anne Manson, Antoni Ros Marbá, Marc Soustrot, José Ramón Encinar, Juan Luis Pérez y Michel Plasson. Hubo un estreno absoluto, ‘Allure’, de E. Vadillo, ganador del Premio Joaquín Turina del Excmo.Ayuntamiento de Sevilla, así como primeras audiciones de obras de Philip Grass, Sánchez Verdú, Mussorgski, Montsalvage, Bernaola, Clara Wieck, Sibelius, Scriabin, A.Charles … Y, junto a ellos, solistas de probada sensibilidad y talento: Petra Lang, Esther Lee, Natalie Stutzmann, Ana María Sánchez, Gloria Scalchi; cantantes; Yu Kosuge, Katia Michel, Eldar Nebolsin, Iván Martín, Rosa Torres-Pardo, Javier Perianes; pianistas; Julia Fischer; violinista; Gustav Rivinius y Anne Gastinel, violonchelistas …

La temporada en el teatro de la Maestranza fue, asimismo, pródiga en espectáculos de indudable categoría artística: ‘Salomé’, de Strauss; ‘Manon’, de Massenet; ‘La sonámbula’, de Bellini y ‘Lulú’, de Alban Berg compartieron éxito junto a ‘Don Quijote’, de Manuel García o ‘Soñando el carnaval de los animales’, basado en la música de Saint-Saens y Debussy, obras ambas dirigidas al público escolar, verdadera cantera de la afición musical y elemento fundamental para su supervivencia .

La danza estuvo representada por ‘Giselle’, en una producción del teatro San Carlos de Nápoles, ‘Aterballetto’, Kibbutz Contemporary Dance Company y ‘Angel Corella. Pudimos disfrutar también de las actuaciones de Iván Martín, Mikhail Pletnev, Chick Corea, Mary Kanté y Ray Lema, así como de espectáculos dedicados al flamenco -Albéniz, Andalucía y Enrique el Mellizo.

El ciclo de música de cámara de El Monte, tan exigente en su programación como en la elección de los intérpretes, nos traslada a un mundo, digamos, ‘distinto’, más proclive a la reflexión que al efectismo. Pianistas (Hamelin, Katia y Marielle Labèque, Colom), violinistas (Josefowicz, Gringolts, Blacher, Marcovici); violonchelistas (Maisky, Claret); cantantes (Oelze, Lipovsek); clarinetista (Lluna); cuartetos (Rosetti, Carmina, Takács, Hagen, Stamic); el trío Guarneri y conjuntos de cámara (The English Concert, Jerusalem Chamber Music Festival, Solistas de Sevilla) dejaron su impronta de excelencia, originalidad y buen hacer, virtudes no siempre coincidentes.

El XXIII Festival de Música Antigua -otro de los acontecimientos de la temporada- nos permitió adentrarnos en un repertorio singular a través de conjuntos e intérpretes de exquisita formación y musicalidad, tales como la Accademia del Piacere, fundada por Fahmi Alqhai, músico afincado en Sevilla; La Venexiana, Ministriles Hispalensis, Orquesta Barroca de Sevilla, Odhecaton, Arte Factum, Armoniosi Concerti, Ensemble Organum y Taller Sonoro, Royal Wind Music, Ensemble William Byrd, Ensemble 415, Trinity Baroque, los solistas Pierre Hantaï, Jordi Savall, Rolf Lislevand y María Cristina Kiehr… es decir, música en estado puro.

Y, por último, es de justicia mencionar a Juventudes Musicales, entidad modesta en sus medios y altruista en sus objetivos -divulgar la música a través de jóvenes intérpretes- y que, desde hace más de medio siglo, enriquece y complementa la floreciente vida musical de nuestra ciudad-.