El Observatorio DKV Salud y Medio Ambiente propone medidas y consejos para aislar el hogar del calor y ahorrar durante los meses más calurosos. España es el país de Europa con más aparatos de aire acondicionado, aunque su uso se concentra en las zonas cálidas del país. El aire acondicionado supone el 15% del gasto eléctrico anual del hogar que lo utiliza.
1. Un buen diseño y construcción de la vivienda que contemple elementos de protección solar y aislamiento de muros, techos y ventanas ya desde su construcción es clave.
2. Pintar techos y paredes exteriores con colores claros, ya que reflejan la radiación solar y calientan menos los muros y los espacios interiores que albergan.
3. Ventilar la casa en verano cuando la temperatura es más fresca (primeras horas de la mañana o de la noche) puede ahorrarnos algún grado.
4. Toldos, persianas bajadas y cortinas corridas en las zonas y horas de más insolación pueden reducir el calor dentro de casa.
5. No abusar del aire acondicionado: los ventiladores también refrescan. El movimiento del aire y la evaporación de la humedad de nuestra piel produce sensaciones de descenso de temperatura entre 3 y 5º C. Su consumo es bajo; un ventilador mediano puede estar en torno a los 0,060 kWh (60 W de potencia).
6. Para el calor seco se puede aportar por los climatizadores evaporativos. Estos aparatos hacen pasar una corriente de aire por una bandeja o unos filtros humedecidos con agua que, al evaporarse, roba calor al aire, lo enfría y humedece. Son más útiles en zonas (y días) cálidas y secas.
7. Si optamos por el aire acondicionado, resulta rentable elegir los modelos de mayor eficiencia energética posible, que viene marcada igualmente que en otros electrodomésticos por la etiqueta energética
8. La temperatura de refrigeración ideal son 26ºC: podemos conseguir ahorros de energía superiores al 30%. Por cada grado que reducimos dicha temperatura aumenta un 8% el consumo energético.
9. Para evitar problemas de salud la temperatura debe estar entre 23 y 26º C.
10. Ajustar el aire acondicionado a una temperatura inferior a 26ºC no consigue “que enfríe” más rápido y si no se controla después, o nos olvidamos de volverlo a dejar a la temperatura adecuada, provocará un enfriamiento excesivo y un gran gasto energético.
11. Los grandes contrastes entre exterior e interior no son buenos. Una diferencia de más de 12º C de temperatura con el exterior no es saludable.
12. La diferencia vertical de la temperatura del aire entre 1,1 m y 0,1 m debe ser inferior a 3ºC y la humedad relativa estar entre el 30% y el 70%.
13. Es importante dejarse asesorar por un profesional cualificado que analice las necesidades de frío (y/o calor) para alcanzar los objetivos propuestos.
14. Algunos factores a tener en cuenta son la situación geográfica y zona climática (levante, norte, sur, centro de la Península…), el tipo de estancia o estancias a refrigerar (salón, dormitorio, despacho…), el número de estancias, la superficie de las estancias y el volumen de aire a refrigerar, la orientación y soleamiento, el grado de aislamiento (muros, número, tipo y superficie de las ventanas), si existen fuentes de calor como en la cocina.
15. Consultar tablas para elegir la potencia de refrigeración de un equipo de aire acondicionado según la superficie de la estancia a refrigerar que pueden resultar orientativas, pero en realidad el adecuado dimensionamiento es más complejo.