Se inaugura en Shanghái el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), la plataforma financiera de las cinco potencias emergentes. Bajo el epígrafe de BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), estos cinco países disponen desde ahora de su alternativa a los occidentales Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM). Aunque su capital inicial es por ahora de unos modestos cien mil millones de dólares. Su primer presidente es el indio Kundapur Vaman Kamath.

“Cooperaremos y colaboraremos con todos los actores de desarrollo”, aseguró K.V. Kamath. “Nuestro objetivo no es desafiar a ningún otro sistema existente, sino mejorar y complementar el sistema desde nueastra vía”.

De hecho, el país más beligerante contra las instituciones financieras occidentales es Rusia por su actual enfrentamiento por crisis como la de Ucrania. Pero China se muestra más prudente, aunque también haya creado otra institución multilateral: el Banco Asiático de Investigación en Infraestructuras (BAII).

“Como banco iniciado y establecido en los países en desarrollo, el NDB se focalizará más en las necesidades de estos países, el respeto a su condición nacional y un mejor reflejo de sus ideas”, precisó el ministro de Economía chino, Lou Jiwei. “Esto enriquecerá y hará más eficaz la cooperación”.

La puesta en marcha del NBD responde a la falta de representatividad de las economías emergentes en el FMI y el Banco Mundial, donde los directores siempres han sido occidentales. China aportará el cuarenta por ciento y la sede; India, el presidente; Brasil, el director genreal; Rusia, la autoridad de la entidad; y Sudáfrica, la oficina regional.