El Programa Mundial de Alimentos (PMA) de Naciones Unidas ha recortado a la mitad la asistencia alimentaria que puede ofrecer a casi un millón de refugiados en Iraq debido a una grave escasez de fondos.

La representante del programa en Iraq, Jane Pearce, dijo que, si bien reconocen las difíciles condiciones en las que viven las familias en los campamentos, tuvieron que tomar esta decisión para concentrar sus recursos en los más vulnerables mientras esperan a recibir más fondos.

En abril, el PMA empezó a recortar el valor de los bonos que reciben los refugiados para comprar alimentos de 26 dólares a 16 dólares. Ahora, ha reducido a la mitad el tamaño de los paquetes de alimentos que distribuye cada mes a las familias, por lo que ahora cubren apenas el 40 por ciento de sus necesidades, en lugar del 80 por ciento. Los refugiados que viven en los campamentos sin acceso a oportunidades de trabajo seguirán recibiendo las raciones completas.

El programa de la ONU calcula que dos de cada cinco familias refugiadas en Iraq no tienen suficiente dinero para comprar comida.

En el último año, generosas donaciones de la comunidad internacional permitieron al PMA ampliar sus operaciones de ayuda, llegando a asistir a 1,8 millones de iraquíes desplazados. Sin embargo, este año la operación en Iraq sufre una brecha de financiación del 61 por ciento y requiere más de 78 millones de dólares para seguir asistiendo a los refugiados hasta fines de año.