Estamos inmersos en un proceso permanente de “aceleración histórica”, lo cual nos plantea cambios continuos, cada vez en más cortos periodos de tiempo y de gran profundidad en sus transformaciones.

fresquetNuestro entorno actual, en el que avanzamos con velocidades de vértigo, es un entorno de incertidumbre, cada vez más volátil, más cambiante y menos “predecible”.

Nuevos empleos. Los cambios de nuestro entorno generan nuevos empleos, muchos de ellos no previstos con antelación y otros que están próximos en su desarrollo. El empleo ya no es “tradicional”, ni “constante”, sino que se convierte en un nuevo modelo de vida. Los empleos ya no son garantía de nada, la seguridad desde el exterior no existe. Así, el mejor empleo está en uno mismo, que ha de actualizarse constantemente. Día a día descubriremos nuevos empleos que no era imaginables hace tres años.

Sin embargo, hoy, hay sectores que a corto plazo se presentan como tendencias, con una mayor demanda de su exigencia profesional debido a una demanda creciente en el mercado de profesionales que puedan participar en estos sectores y que “explotan” en una demanda de nuevos profesionales.

Solo algunos ejemplos de nuevos profesionales, sin pretender ser exhaustivos, cuya demanda se incrementará para este nuevo curso académico:

– Tecnología – Informática. Nadie puede negar que avanzamos ante un mundo más tecnológico con más dispositivos tecnológicos en todas las facetas profesionales y del ocio, más robots que conviven y convivirán con nosotros. Serán cada día más demandados: programadores, especialistas en diseño web y de software, personal  con alta cualificación en Big Data (expertos tecnológicos en Hadoop, en MangoDb, Hive, Cloudera, etc.), ciberseguridad, gestores de redes sociales, etc.

– Ingeniería. Muy ligado con el desarrollo anterior, serán cada día más necesarios nuevos perfiles de ingenieros: en electromecánica, en especialistas en materia de energías, especialistas en robótica, etc.

– Dirección y Administración de Empresas. Todas las áreas funcionales y dirección general de las empresas, organizaciones e instituciones demandan nuevos profesionales con unas exigencias que suponen el alto conocimiento de cada una de las disciplinas, pero no es suficiente. Hoy se necesita visión global, experiencia internacional, uso de las tecnologías, etc.

Nuevos profesionales. Ante las transformaciones de nuestro entorno, ante el nacimiento de nuevos empleos, lo más importante es que hay una exigencia de nuevos profesionales, que ya están en él, o profesionales que desean insertarse en el mercado laboral. Hoy más que nunca hay que dar una respuesta clara: más y mejor formación. La obsolescencia es del conocimiento, no solo de la tecnología.

Nadie puede negar que estas situaciones actuales exigen para el presente y para el futuro una mejor formación que responda más allá de los conocimientos profesionales demandados en el momento actual y futuro (hard skills). Hoy hemos de decantarnos por un mayor esfuerzo en las nuevas habilidades necesarias (soft skills), como pueden ser capacidad de comunicación, la flexibilidad y adaptabilidad, la proactividad, saber trabajar bajo presión, resiliencia, aceptar y promover los cambios, etc., y la visión, los valores con los que han de actuar respondiendo a la responsabilidad de hacer de este mundo un mundo más sostenible y más justo (value skills).  No podemos desarrollar buenos profesionales que no sean conscientes de la importancia de “servir a los demás”, de la “sostenibilidad de nuestras instituciones”, de la “ética en nuestros comportamientos”, etc.

Cada día la formación será más valorada, será un requisito imprescindible, y será una formación que se dé desde centros reconocidos, que esté reconocida y acreditada, formada en los conocimientos más importantes. Es necesario que los centros garanticen el esfuerzo, la exigencia y la evaluación, pero que además se vaya más allá del “mejor conocimiento” para conseguir formar no solo profesionales competentes, sino también excepcionales personas.

Hemos de ser conscientes que hemos de formarnos a lo largo de toda nuestra vida, y que tenemos una gran responsabilidad no solo con el presente, sino también con el futuro.

Estamos en este mundo en “régimen de alquiler” y hemos de devolverlo en mejores condiciones. Hemos de tomar consciencia de nuestra responsabilidad con todos.

Empleo, profesionales, personas y formación. Estos cuatro elementos ya deben de estar incardinados en nuestra sociedad, en nuestro modo de proceder.

El empleo está hoy día ligado más que nunca a la formación, y a la formación continua. Los profesionales tienen que dar respuestas a los nuevos retos planteados por las instituciones donde desempeñan sus funciones. Y las personas. Este es el gran reto: hemos de contribuir con buenas personas, que disfruten trabajando para y por los demás y que quieran hacer de este mundo un mundo mejor.

La mejor inversión es en nosotros, en formación. La calidad de nuestro conocimiento (en el más amplio sentido: conocimientos, habilidades y valores) nos pondrán en mejor disposición para cualquier toma de decisión. Y para cualquier reflexión. Nuestro entorno de incertidumbre genera caos pero también oportunidades. La relación es directa: a mayor formación, mayores posibilidades de encontrar y ver oportunidades.

 

Francisco José Pérez Fresquet

Adjunto al rector de la Universidad Loyola Andalucía