Un reto para la educación y para nuestros hijos

Tanto los datos del National Bureau of Economics Research (NBER) como los del Eurofound apuntan a que nuestros hijos se enfrentarán a un mercado laboral cada vez mas polarizado, fruto de una creciente concentración del empleo en las ocupaciones con salarios más altos y más bajos, a la vez que los trabajos que requieren habilidades medias (principalmente trabajos rutinarios, administrativos, de producción repetitivos, que pueden ser sustituidos perfectamente por máquinas) van desapareciendo.

Los datos del NBER muestran que en los EE.UU. esa desaparición de empleos en ocupaciones rutinarias no es un fenómeno gradual: la perdida está concentrada en los periodos de crisis económica. El 88% de las pérdidas de estas ocupaciones desde los años 80 han tenido lugar en una ventana de 12 meses coincidente con las épocas de las tres últimas recesiones.

Álvaro VioquePero lo más significativo es que si tras las recesiones de los años 1970, 1975 y 1982 con la recuperación económica venía una recuperación del empleo global, tras las recesiones de 1991, 2001 y 2009 se da otro fenómeno relacionado: Jobless recovery.

Jobless recovery que se concreta en que los periodos de crecimiento en la producción que siguen a las últimas recesiones no van acompañados de un crecimiento similar en el empleo. Y además esta no recuperación de empleo se ceba en estos trabajos que requieren de habilidades medias. Las ocupaciones de alta cualificación o las de bajo nivel, o bien no experimentan estas contracciones, o si lo hacen, repuntan al poco de pasar del punto de inflexión en el crecimiento.

Si a esta situación añadimos el envejecimiento de la población (en el año 2080 la pirámide de población estará invertida) y la tasa de desempleo, el panorama que les ofrecemos a nuestros hijos es de un vaso que, por muy optimistas que queramos ser, tiende a estar medio vacío.

Definitivamente, no nos podemos quedar de brazos cruzados y ante esta situación se requiere de nuevos modelos, nuevas organizaciones y, desde luego, nuevas instituciones. Y uno de los modelos que hay que renovar es el educativo.

El actual no sirve para preparar a los nuestros para este futuro tan presente. Si nosotros no somos capaces de innovar y cambiar la realidad que nos viene, tendremos, cuanto menos, que intentar que nuestros herederos reciban la educación adecuada para poder tener acceso a ese polo positivo del empleo (ocupaciones que requieren altas cualificaciones, de nuevas competencias) antes que a las del polo negativo y desde esa privilegiada posición cambiar lo que sus padres no hemos logrado.

El World Economic Forum en colaboración con la Boston Consulting Group, en su informe de este 2015, “New Vision for Education – Unlocking the Potential of Technology”, dice que para prosperar en la economía basada en la innovación de hoy, los trabajadores necesitan una combinación diferente de habilidades que en el pasado.

Además, los cambios en el mercado laboral han llevado a que sean todos los individuos y no solo unos pocos los que tengan que tener esas competencias y habilidades.

Y, para terminar, ¿de qué ocupaciones estamos hablando? Thomas Frey, uno de los expertos en el futuro más demandados en Estados Unidos y que ha diseñado una guía de aquellas industrias que hoy nos parecen cosa de ciencia-ficción pero que pronto darán mucho trabajo, apunta entre los más de 160 que lista los siguientes:

– Expertos en banca de monedas alternativas

– Arquitectos de realidad aumentada

– Gestor de relaciones de avatares

– Drone dispatcher

– Arquitecto de sistemas globales

– Gestor de start up de alto riesgo

Un buen mapa como ejemplo lo encontramos en el siguiente gráfico de la Universidad de Kent:

Jobless recovery y trabajos del futuro v2_Página_2b

Definitivamente el futuro que les espera a nuestros hijos es apasionante, y la educación tiene un rol capital. Luchemos por ello, vale la pena seguro.

 

Álvaro Vioque

Socio-director en Aonia Nueva Educación