En los últimos siete meses, las Cámaras de Comercio han dedicado 40.415 horas de formación para facilitar la entrada en el mercado laboral a jóvenes de entre 16 y 29 años, dentro del Programa Integral de Cualificación y Empleo (PICE), que lidera la Cámara de Comercio de España.

El programa, que se enmarca en el Sistema de Garantía Juvenil del Ministerio de Empleo y Seguridad Social y está cofinanciado por el Fondo Social Europeo, se puso en marcha hace un año con el objetivo de cualificar a 85.000 jóvenes en los próximos cuatro años para insertarlos en empresas.

Hasta el momento, se han inscrito un total de 14.911 jóvenes que han recibido formación en competencias digitales, idiomas, habilidades sociales para la empleabilidad, tecnologías de la información y comunicación u ofimática avanzada, entre otras.

Las Cámaras han diseñado también acciones formativas específicas a demandas concretas de las empresas, como es el caso de restauración, administrativo, atención a  personas mayores o  monitores de tiempo libre para niños.

De los jóvenes que están participando en estos cursos la mayoría de ellos está entre los 20 y los 21 años, han acabado la ESO y esporádicamente han trabajado en el sector servicios, especialmente en administración y gestión, comercio, informática y hostelería. Es un hábil usuario de herramientas informáticas y de las redes sociales, aunque presenta un bajo nivel de inglés.

Las Cámaras de Comercio actúan, además, como mediadores entre las empresas y los jóvenes para aumentar sus oportunidades laborales y ponen a su disposición a un orientador laboral que se responsabiliza de guiar al joven durante su itinerario formativo y  acercarle  a las empresas que demanden su  perfil laboral.

Cómo inscribirse

Los jóvenes se inscriben en el PICE acudiendo a la Cámara de Comercio más cercana, y también pueden informarse en www.empleoygarantiajuvenil.es. A partir de ese momento, el orientador laboral analiza sus competencias, intereses y grado de cualificación y elabora un perfil profesional.

Conforme a ese perfil, el orientador diseña un plan formativo a su medida en competencias digitales y nuevas tecnologías, idiomas, habilidades sociales y técnicas para desenvolverse en el mundo de la empresa. También pueden obtener formación en “Certificados de Profesionalidad”, que cualifica  oficialmente a los jóvenes que carecen de formación específica para el desarrollo de una profesión.