El déficit de las Administraciones Públicas españolas se elevó en 2008 a 41.874 millones de euros, el 3,82% del PIB, cuatro décimas más que la última previsión del Gobierno, debido al mayor esfuerzo fiscal que ha sido necesario para afrontar la crisis y a la menor recaudación. El déficit de las Administraciones Públicas se debió a los saldos negativos que registraron el Estado (el 2,74% del PIB), las comunidades autónomas (1,45%) y los ayuntamientos (0,39%), que no se pudieron compensar con el superávit de la Seguridad Social, que fue del 0,76% del PIB.