Según los investigadores de las relaciones de pareja, el periodo estival pone a prueba la solidez de la misma. El parón vacacional fuerza la convivencia al aumentar el tiempo que ambos pasan juntos. Las estadísticas muestran un claro aumento de las separaciones tras las vacaciones de verano. Incluso hay un repunte en las infidelidades, por ambas partes. Hay quien lo justifica por el calor del verano y quien afirma que, al igual que en muchas empresas de hoy, se descuida la fidelización. Y es que, en definitiva, la vida en pareja tiene una gran similitud con la empresa. Veamos cómo un texto dedicado a la fidelización de clientes puede asimilarse a la fidelización en casa.

Aclaremos que fidelizar clientes es el arte de convencer al consumidor de que el producto que ofrece nuestra empresa es el mejor y que, por ello, hace muy bien en continuar con nosotros. Si hiciésemos un paralelismo con la fidelidad en la pareja podríamos añadir que hay mucha competencia en el mercado (potenciales novios/as) y que el cliente (pareja no satisfecha) no duda en cambiar de empresa (otro/a compañero/a) a la búsqueda de un mejor servicio.

Las investigaciones en marketing indican que el 86% de la clientela (pareja no satisfecha) estaría dispuesta a cambiar de empresa suministradora (compañero/a) buscando mejor atención. Igualmente, el 91% no volvería jamás a contratar los servicios de una empresa (ex-pareja) de la que se sienta descontento por haber obtenido un mal servicio (no funcionó la convivencia).

Pero lo peor de todo es que el 83% cambia de empresa suministradora (pareja) sin comunicarlo (ser infiel a escondidas) lo que supone, además de la pérdida, la imposibilidad de mejorar el propio servicio al desconocer las causas de la fuga. No siempre el cliente (pareja insatisfecha) se marcha por la falta de calidad de lo que recibe. El 67% se pierde por falta de contacto o por la actitud negativa que percibe por parte de la compañía (compañero/a).

Además, se ha comprobado que un cliente disgustado (pareja engañada) lo comunica a las personas de su alrededor un promedio de doce veces, lo que supone un descrédito para la empresa (el/la que engaña) ya que el ambiente donde suele comunicarlo es el de amigos y conocidos que creerán antes a él (engañado/a) que a la publicidad de la empresa (el/la infiel). Si a todo esto añadimos que conseguir un nuevo cliente (nueva pareja) es cinco veces más caro que mantener uno actual y que un incremento del 5% en la fidelidad de los clientes (propia pareja) puede suponer para la empresa unos beneficios de entre el 25% y el 85%, no cabe duda de la importancia primordial de desarrollar planes para valorar y mimar lo que tenemos.

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