Andalucía dio el pasado año un importante paso en el camino de la recuperación turística y, de hecho, los datos de 2014 confirman que no fue sólo un buen ejercicio, sino que alcanzó registros de récord: el destino recibió 24 millones de turistas, sumó 45 millones de pernoctaciones en sus establecimientos hoteleros y generó 18.500 millones de euros en ingresos.

En lo que va de 2015, se ha confirmado una tendencia positiva que apunta a que se pueden volver a lograr cifras excepcionales, ya que se podrían registrar al cierre del curso 25,5 millones de visitantes y más de 47,8 millones de estancias, lo que supone en ambos casos un crecimiento superior al 6% y sitúa a la comunidad en niveles previos, e incluso superiores, a la crisis.

Consejero 1El destino andaluz está mostrando su solvencia y su solidez, y no ha fallado en ninguno de los grandes periodos vacacionales y puentes festivos de este año, con una evolución muy positiva de todos los indicadores. Y lo que es más importante, está consiguiendo prolongar la temporada turística más allá de los meses estivales, de modo que se ha adelantado a la primavera, utilizando como reclamo todas las fiestas que se celebran en la comunidad en esas fechas, y se ha extendido al otoño, con un catálogo de experiencias singulares que abarca tanto el interior como el litoral de nuestro extenso territorio. Estos registros no son fruto de la casualidad, sino de las propias características intrínsecas de Andalucía, pero también son resultado del esfuerzo y de la dedicación de todos los agentes del sector.

A pesar de los buenos datos, no podemos caer en la complacencia, porque es ahora, precisamente, que se consolida la senda de crecimiento, cuando debemos trabajar con más intensidad si cabe en conseguir algunos de los retos que van a marcar el futuro de la industria turística, como son la mejor distribución de los flujos de viajeros en el tiempo y en el territorio, y la creación de empleo estable y de calidad. Son objetivos de gran calado a los que recurrimos de manera insistente todos y cada uno de los representantes públicos y privados, que de uno u otro modo, ejercemos responsabilidades en este sector, pero que, no siendo novedosos, son absolutamente irrenunciables si queremos seguir generando riqueza en la comunidad a través del turismo y seguir mejorando su posicionamiento en un entorno cambiante y complejo.

Andalucía puede y debe ser un destino abierto los 365 días del año. Tiene recursos suficientes para configurar un interesante catálogo que abarque todas las temporadas, y la estrategia debe pasar por saber combinar estos recursos, ponerlos en valor y mejorar su comercialización. Desde la Junta ya trabajamos en esta línea a través del Plan contra la Estacionalidad, que surgió del consenso con el sector y que busca justamente esto, mostrando la comunidad como un destino diverso y plural, adaptando las campañas de comunicación a los modelos vacacionales de los diferentes mercados, favoreciendo la promoción de productos con alta capacidad desestacionalizadora o incentivando la complementariedad de los segmentos y la creación de clubes de producto que hagan más atractiva la oferta.

Y en paralelo a ello, Andalucía puede y debe traducir los buenos resultados turísticos en creación de empleo a mayor velocidad y de más calidad. Un aspecto que redunda no sólo en la estabilidad y bienestar de los propios trabajadores, sino también en la calidad del destino, ya que si los incrementos continuados en la llegada de turistas no se reflejan en un aumento del número de personas que los atienden pueden conducirnos a un debilitamiento de la competitividad.

En definitiva, Andalucía puede y debe aprovechar el esfuerzo y el trabajo realizado todos estos años por los operadores, empresas y trabajadores del sector para poner en valor muchos más destinos de la región, procurar un mayor retorno para la población local y seguir impulsando el turismo como generador de riqueza y empleo para la comunidad.

 

Francisco Javier Fernández

Consejero de Turismo y Deporte de la Junta de Andalucía