Dicen que el 2008 será un año de crisis. Dicen que la burbuja inmobiliaria ha explotado. Dicen que los bancos van a ser más restrictivos en la concesión de hipotecas. Dicen y dicen y dicen… y al final se produce la "profecía autocumplida", es decir, que estamos tan convencidos de que algo va a ocurrir que al final hacemos que ocurra.
¿Sabían que en japonés hay una sola palabra para referirse a la crisis y a la oportunidad? Vamos, que para ellos crisis y oportunidad es lo mismo.
Incluso en el tema de la inmigración no hay acuerdo entre los grandes mandatarios. Mientras que Margaritis Schinas, Jefe de Gabinete del Comisario Europeo de Sanidad de la Unión Europea define el fenómeno migratorio como 'una crisis global que plantea problemas de sanidad y que hay que convertir en oportunidad', Manuel Carballo, Director Ejecutivo del Centro Internacional para la Migración y la Salud (Centro colaborador de la OMS) de Suiza, la define como una 'oportunidad que si no se arregla se acabará convirtiendo en crisis'.
También en el sector de las agencias de viaje se aprecia una desaceleración que parece el anuncio de un cambio en la tendencia de crecimiento del número de agencias en España para dar paso a una probable disminución, en consonancia con otros mercados emisores europeos. Sin embargo, hay muchos agentes que ven en esta coyuntura la necesaria reestructuración del sector que ponga a cada uno en su sitio. Podríamos hablar de una crisis que despeja el mercado y que puede representar una oportunidad para que los verdaderos profesionales del sector pongan en valor su experiencia y buen hacer.
Por tanto, que hablemos de crisis u oportunidad depende en gran medida de nosotros. En toda crisis surgen nuevas fronteras que explorar, sea en el propio país donde esté asentada la empresa, o bien mirando al extranjero para, llegado el caso, exportar u otorgar franquicias o licencias.
Lo importante y decisivo es la actitud que adoptemos ante la hipotética crisis. Habría que evitar verla como el derrumbe de todo lo que hemos construido, para considerarla como una excelente oportunidad de replantear nuestro negocio, no sólo de cara a su subsistencia local, sino a su posible crecimiento internacional.
Las personas tendemos a ver cualquier situación incierta como una posible crisis; pero si la afrontamos de esa manera, muy probablemente así será. Recuerden la profecía autocumplida de Pigmalión.
