El pasado 14 de diciembre, mientras los líderes del PP y del PSOE debatían bajo la, en ocasiones, atónita mirada del moderador, Pablo Iglesias, mientras entraba en los estudios de la Sexta (que junto a Albert Rivera iba a comentar en directo el debate), a preguntas del presentador contraponía de nuevo (ya lo había hecho durante un mitin en la Caja Mágica de Madrid) marketing a autenticidad como si fueran conceptos contrapuestos, como si “marketing auténtico” fuera un oxímoron. Mientras lo escuchaba, deseaba que semejante sinsentido no llegara a los oídos de Philip Kotler, lo mismo que debió pensar el publicista y presentador Risto Mejide cuando escuchó lo mismo y reaccionó vía Twitter dando lugar a una batalla dialéctica y un nada despreciable ruido en la red social.

Álvaro VioqueEl marketing o es auténtico o no lo es, y basta leer la definición (*1) de marketing que proporciona Philip Kotler (*2) , autoridad mundial sobre el tema:

“Marketing es el arte y la ciencia de explorar, crear y aportar valor para satisfacer las necesidades de un mercado objetivo obteniendo beneficio”. “El marketing identifica necesidades y deseos incumplidos”.

Hay pocas cosas mas auténticas que el marketing, y mi tesis es que nos iría mucho mejor a los españoles si los partidos políticos emularan a las grandes compañías líderes del mercado reconocidas por sus clientes y tuvieran unas estrategias de marketing “auténticas”. Que realmente identificaran y satisficieran las necesidades de los ciudadanos a cambio del mejor beneficio que puede tener una sociedad, un país mejor, mas preparado y competitivo y con ciudadanos comprometidos porque sus líderes les sirven.

Y es el propio Kotler quien le encomienda la siguiente misión al marketing (*3): “Es la misión del marketing elevar los estándares y la calidad de vida a nivel mundial”. Misión que podrían hacer suya nuestros partidos políticos casi letra por letra.

El reto está en que estamos ya en la versión 3.0 de las estrategias de marketing, y nuestros partidos políticos, esos que “…deberían contribuir a elevar el estándar de vida de nuestro país…” por sus resultados a la fecha, por el nivel de insatisfacción de sus clientes (los votantes) en muchas ocasiones no parecen estar en condiciones ni de abordar una versión 1.0 de una estrategia de marketing.
Este entorno 3.0, propiciado por los avances tecnológicos, está proporcionando una gran ventaja a los ciudadanos igual que lo está haciendo con los consumidores, y es en gran medida gracias a las redes sociales. Ya no hay manera de salir indemne si no se hacen bien las cosas, si se hace un trabajo de baja calidad. Si hace mal las cosas aquella compañía que te seduce a comprar para luego desilusionarte, también podemos aplicar esta aproximación a los partidos y organizaciones políticas. Y las redes sociales con su capacidad de unir nodos (individuales o grupales) y publicitar las ineficacias van a contribuir a que en el mercado no queden malas compañías y también, por extensión, van a contribuir a que no queden malos partidos políticos, o cuanto menos a que pierdan gran parte de sus clientes/votantes.

Twitter, Facebook, Linkedin, etc., nos permiten comunicar y compartir también nuestras desilusiones y sacar de nuestra “cesta de la compra”, de nuestra lista de proveedores de soluciones a ese partido político que no es auténtico, es decir, que no tiene una misión y una estrategia de marketing, y que aún teniéndola la ejecuta mal y no cumple lo prometido. El domingo 20 de diciembre seguro que tuvimos un ejemplo de lo anterior.

El cliente/votante tiene la última palabra y esto es muy grande. Viva el marketing.

(*1) (*3) http://www.kotlermarketing.com/phil_questions.shtml
(*2) https://www.linkedin.com/in/philipkotleri

 

Álvaro Vioque

Consultor y profesor de ESADE