La energía consumida incide directamente en la competitividad de las empresas. Reducir su coste es una preocupación constante de todo gestor. Una adecuada gestión energética se perfila hoy como un requisito de obligado cumplimiento para todas aquellas empresas que miran al futuro, que planifican a medio y largo plazo y que buscan nuevos mercados. Y esto es así porque un buen sistema de gestión energética permite a la organización:

– Desarrollar una política para un uso más eficiente de la energía.

– Fijar metas y objetivos para cumplir con la política fijada.

– Medir resultados, revisar la eficacia y participar en un proceso continuo de mejora.

– En definitiva, situarse entre las empresas líderes de su sector.

mj colinetDos elementos son básicos a la hora de comenzar a gestionar la energía: la auditoría y los indicadores. La auditoría energética es el primer eslabón para realizar un diagnóstico de la situación actual y comenzar a planear cómo llegar a un futuro más eficiente. Los indicadores se caracterizan por ser valores simples y fácilmente medibles, que ayudan al gestor a la toma de decisiones minimizando los riesgos. Estos instrumentos permiten conocer y detectar mejor las necesidades energéticas de nuestra empresa.  Las bases de un sistema de gestión energética son:

– Establecimiento de los límites del sistema: ¿Lo extendemos a toda la empresa o sólo a una parte de los procesos?

– Determinación del alcance: tipos de energía a gestionar y sus usos (eléctrica, térmica, transporte, procesos, etc.).

– Constitución del equipo de gestión: responsables y recursos humanos relacionados con la gestión energética, detallando su cometido.

– Diseño de la política energética: objetivo a alcanzar en materia energética a medio y largo plazo. Por ejemplo, qué reducción anual del consumo nos proponemos obtener.

– Elaboración de los Indicadores de seguimiento: deben estar relacionados con los objetivos a alcanzar, deben ser simples, fáciles de medir y descriptivos de la realidad.

– Desarrollo del plan de acción energético: conjunto de medidas y actuaciones para alcanzar los objetivos. El plan de acción deberá contemplar un programa de inversiones.

– Seguimiento: auditorías periódicas y propuestas de mejoras.

La implantación de un sistema de gestión energética es más fiable y exitoso si se hace de acuerdo a estándares de gestión, como la norma UNE-EN ISO 50001, que es una buena herramienta para conseguir una mejora energética significativa. La ISO 50001 puede ser implementada de forma individual o integrada con otras normas de sistemas de gestión (ISO 9001 gestión de la calidad, ISO 14001 gestión ambiental).

Nuestras empresas pueden ganar la guerra de la competitividad en el campo de batalla de la gestión energética. Ningún recurso fundamental como es la energía para el funcionamiento diario de nuestro negocio ha de ser ignorado en un mercado global en el que la diferencia que nos aventaje se podría medir igual en una hora extra que en dos vatios menos.

 

María José Colinet

Socia Consultora de Incrementa