La fusión nuclear, que se suele dar en todas las estrellas, ya está en marcha en la Tierra. Con la puesta en escena del Divertor, una enorme y precisa plataforma robótica, pieza clave del reactor de fusión del futuro que se construirá en Cadarache (Francia) bajo el proyecto ITER, se ha dado un gran paso, un salto de gigantes en el largo camino que le queda aún a este futurista proyecto internacional que busca una fuente de energía teóricamente inagotable y menos peligrosa que la fisión nuclear. El Divertor, conocido como Test Platform Facility (DTP2), es el componente más importante dentro del reactor del ITER (International Thermonuclear Experimental Reactor), puesto que su función es la de retirar las cenizas del helio que impedirían la reacción nuclear al contaminar el plasma confinado.

 La fusión nuclear es un recurso energético potencial a gran escala, que puede ser muy útil para cubrir el esperado aumento de demanda de energía a nivel mundial, en el próximo siglo. Cuenta con grandes ventajas respecto a otros tipos de recursos:  Los combustibles primarios son baratos, abundantes, no radioactivos y repartidos geográficamente de manera uniforme (el agua de los lagos y los océanos contiene hidrógeno pesado suficiente para millones de años, al ritmo actual de consumo de energía).